Comentarios a los últimos cambios efectuados sobre el significado de «generación»
Para el capítulo 10
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En la octava edición del libro Crisis de Conciencia, impresa en Septiembre
de 1.994, se presentaba un comentario referido al número del 15 de Febrero
de 1.994 de La Atalaya que trasladaba la aplicación de porciones de Mateo 24
situándolas al comienzo de la "gran tribulación". Dicho comentario era
seguido por las siguientes frases:
Lo que tal vez resulta más llamativo es que la
frase "esta generación" (que La Atalaya enfatiza tan constantemente y
que se basa en Mateo 24:34 y Lucas 21:32) no aparece en dichos artículos,
brillando significativamente por su ausencia. Es difícil decir si la
organización podrá ahora situar Mateo 24:29-31 en un punto después del
comienzo de la futura "gran tribulación" y todavía seguir aplicando las
palabras de Jesús sobre "esta generación", tres versículos más adelante, al
período de tiempo que comienza en 1.914. Pero, como se ha mostrado, es
razonable pensar que el Cuerpo Gobernante daría la bienvenida a cualquier
medio de eludir la cada vez más embarazosa posición creada al haber ligado
la frase "esta generación" (junto con las palabras acompañantes "no pasará
hasta que sucedan todas estas cosas") a la cada vez más alejada fecha de
1.914.
Queda por ver si esta nueva interpretación es simplemente una preparación
del terreno para un cambio crucial en la aplicación de la frase "esta
generación". Sin lugar a dudas, la salida más deseable consistiría en una
explicación que mantuviera 1.914 como el comienzo de los últimos dias y, al
mismo tiempo, desconectar airosamente la frase "esta generación" de dicha
fecha. Como se ha indicado, la organización difícilmente puede abandonar por
completo 1.914 sin socavar una considerable cantidad de enseñanzas asociadas
a esa fecha. Sin embargo, si la frase "esta generación" pudiera desligarse
de 1.914 y ser aplicada a un período futuro sin fecha fija, en tal caso el
paso del tiempo, la llegada del tercer milenio en el 2.000 e incluso la
aproximación al 2.014, no supondría demasiada dificultad a la hora de dar
explicaciones a unas personas entrenadas para aceptar cualquier cosa que
"la clase del esclavo fiel y discreto" y su Cuerpo Gobernante puedan
ofrecerles.
Como se ha indicado, esa información fue impresa en Septiembre de 1.994.
Justamente un año después, el número correspondiente al 1 de Noviembre de
1.995 de La Atalaya apareció con unos artículos que corroboran prácticamente
lo que se había sugerido en la edición de 1.994 de Crisis de Conciencia.
Tal como se indicó entónces, han desligado la frase "esta generación" (Mateo
24:34) de 1.914, pero manteniendo aún esa fecha como bíblicamente
significativa.
Ello se lleva a cabo mediante una nueva definición del significado de
"generación" en este texto. Unos 70 años atrás la revista The Golden
Age del 20 de Octubre de 1926 asociaba las palabras de Jesús sobre
"esta generación" a la fecha de 1.914 (tal como lo ha venido haciendo La
Atalaya). Unos 25 años más tarde La Atalaya correspondiente
al 1 de Junio de 1.951 se expresaba así: "desde ahora, nuestra generación es
la generación que verá el comienzo y el final de todas estas cosas,
incluyendo Armagedón". Nuevamente el número correspondiente al 1 de Julio de
1.951 ligaba la cuestión referente a "esta generación" a 1.914. Comentando
Mateo 24:34 decía:
El significado actual de esas palabras más allá de
toda duda es que corresponde a una generación en el sentido ordinario de la
palabra, tal como en Marcos 8:12 y en Hechos 13:36, o aplicable a aquellas
personas que viven en un período determinado.
A continuación añadía:
Quiere decir, por lo tanto, que desde 1.914 no
pasará una generación hasta que todo quede cumplido, y en medio de un
período de gran dificultad.
Por unos cuarenta años pues, las publicaciones de la Watch Tower han estado
dando un sentido temporal a la "generación" de Mateo 24:34. Reiteradamente
lo avanzado de la generación de 1.914 ha sido señalado como evidencia del
poco tiempo que queda.
Ahora, sin embargo, con la nueva definición, más bien que moverse en
parámetros relativos a límites temporales o cualquier punto establecido
desde el que empezar a contar, la "generación" ha de ser identificada
no en términos de tiempo, sino cualitativamente, o sea, por sus rasgos
característicos, como referida a una "generación perversa y adúltera"
en el tiempo de Jesús. En la actualidad "esta generación" se identifica como
"las personas que ven la señal de la presencia de Cristo pero rehúsan
corregir su derrotero de vida", siendo por tanto, merecedores de ser
destruídos en Armagedón.
No se deshecha 1.914, cosa que la organización no podría hacer sin
desmantelar la estructura teológica principal y los dogmas más emblemáticos
de esa religión. 1.914 permanece como la pretendida fecha de la entronización
de Cristo en el cielo, el comienzo de la segunda presencia de manera invisible
de Jesucristo, así como el comienzo de los "últimos dÍas" y del "tiempo del
fin". Y ello se mantiene a pesar de que, indirectamente, con el nuevo
concepto sobre "esta generación" a partir de la "señal de la presencia de
Cristo" (lo cual considera a las anteriores explicaciones como fallidas y
las rechaza o las ignora) cabe suponer que la susodicha generación comenzó a
manifestarse universalmente a partir de 1.914 y también después de eso.
¿Cuál es entónces la gran diferencia? Pues que ahora, para ser parte de
"esta generación" no es necesario que una persona haya estado viva en 1.914.
Cualquiera puede ver la supuesta señal de la presencia de Cristo en cualquier
momento (no importa si ahora en los años 90 o incluso en el próximo milenio)
y aún así acreditar ser parte de "esta generación". Ello hace posible la
expresión de estar libre de cualquier fecha fija de comienzo y reduce
considerablemente la incómoda necesidad de dar explicaciones al embarazoso
período de tiempo transcurrido desde 1.914 con el consiguiente incremento en
la disminución del número de personas que estaban vivas en aquella fecha.
(Sin embargo, la llegada del año 2.014 podría todavía representar un problema).
Hasta el 22 de Octubre de 1995 el párrafo de Declaración de Propósito de la
revista Despertad! contenía la siguiente frase:
"Esta revista promueve la confianza en la promesa
del Creador de establecer un nuevo mundo pacífico y seguro antes de que
desaparezca la generación que vio los acontecimientos de 1.914".
Con el número del 8 de Noviembre de 1.995 se eliminó toda referencia a 1.914,
representando quizá la evidencia más gráfica de este enorme cambio (así como
indicando en efecto que "el Creador" de alguna manera ha renegado de su
"promesa" ligada a la generación de 1.914).
Queda por ver cómo repercutirá este cambio sustancial en los miembros de la
organización. Pienso que los que sentirán con más intensidad sus efectos
serán los más antiguos, miembros de muchos años que han albergado la esperanza de no morir antes de ver realizadas sus espectativas de contemplar la realización completa de las promesas de Dios. Proverbios 13:12 dice que la “La esperanza que se demora (espectación pospuesta -NM-) es tormento del corazón; pero árbol de vida es el deseo cumplido” (Thomson).
Cualesquiera sentimientos de descorazonamiento que puedan experimentarse no
son imputables al Creador, sino a quienes implantaron y alimentaron en las
personas espectativas falsas ligadas a una fecha particular.
Los más jóvenes o llegados más recientemente no sentirán tan severamente el
impacto del cambio. Después de todo, el asunto se reviste de un lenguaje en
el que no se expresa reconocimiento de error por parte de la organización,
sino que encubre el cambio en términos de "conocimiento progresivo" y "luz
cada vez más clara". A estos más nuevos les puede pasar desapercibida la
machacona insistencia con la que, durante décadas, el concepto de la
"generación de 1.914" ha ido afianzándose, cuán inequívocamente se ha
presentado como un indicador seguro de la "proximidad del fin". Puede que no
se den cuenta de cuán firmemente ha sido presentado como siendo, no de
origen humano, sino de origen divino, no un horario basado en promesa de
hombres, sino basado en la promesa de Dios. Este período de 40 años en el
que implícitamente se ha vinculado a Dios y su Palabra a un concepto
infalible lo único que hace es incrementar lo grave de la responsabilidad.
Vienen a la mente las palabras de Jeremías 23:21:
Yo no envié a esos profetas, ellos se apresuraron;
yo no les hablé, ellos profetizaron.
Este importantísimo cambio solamente puede haberse producido por una decisión
del Cuerpo Gobernante. Como se ha mostrado, la cuestión principal envuelta
salió a discusión tan atrás en el tiempo como en los años 70. Uno no puede
otra cosa que preguntarse cuáles deban ser los pensamientos del Cuerpo
Gobernante en la actualidad, qué grado de responsabilidad sienten. Cada uno
de los miembros de ese Cuerpo sabía entonces y sabe ahora cuál ha sido el
registro de la organización en lo que toca a poner fechas y hacer predicciones.
En las publicaciones eso se exculpa poniendo la excusa del "ferviente deseo de ver realizadas las promesas de Dios en nuestro propio tiempo”, como si uno dejara de tener tal ferviente deseo al no atreverse a establecer un calendario para Dios, ni hacer predicciones y atribuirlas a Dios, como si estuvieran basadas en su Palabra.
También son conscientes de que, a pesar de haber incurrido en error tras
error, los líderes de la organización continuaron alimentando a sus miembros
con nuevas predicciones. Son conscientes de que la dirección ha fallado
estrepitosamente a la hora de asumir plena responsabilidad por los errores y
admitir que esa dirección ha sido simple y claramente errónea. Han procurado
proteger su imagen y exigencia de autoridad, esforzándose en dar la apariencia
de que los errores son atribuibles al conjunto de la comunidad. En un artículo
titulado Cómo distinguir las profecías verídicas de las falsas, la Despertad
del 22 de Junio de 1.996 página 9 decía:
Los estudiantes de la Biblia, conocidos desde 1.931
con el nombre de testigos de Jehová, también se figuraban que en 1.925 se
realizarían ciertas profecías bíblicas maravillosas. Ellos conjeturaron que
en ese tiempo daría comienzo la resurrección terrestre, trayendo de vuelta a
hombres fieles de la antigüedad, entre ellos Habrahán, David y Daniel. En
años más recientes, muchos Testigos conjeturaron que los sucesos vinculados
al inicio del Reino Milenario de Cristo podrían dar comienzo en 1.975. Su
espectativa arrancaba del entendimiento de que en ese año empezaría el
séptimo milenio de la historia humana". (Subrayado nuestro).
La revista La Atalaya que trataba la nueva enseñanza sobre "esta
generación" sigue la misma táctica, diciendo (Página 17):
Debido a su deseo de ver el fin de este inicuo
sistema, el pueblo de Jehová a veces ha especulado sobre cuándo estallará la
"gran tribulación", incluso relacionando este suceso con lo que se calculaba
que debía durar una generación desde 1.914. Sin embargo, 'hacemos entrar un
corazón de sabiduría’ si meditamos en cómo "contar nuestros días" para
alabar con gozo a Jehová, y no especulamos sobre cuántos años o días
constituyen una generación. (Salmo 90: 12). (Subrayado nuestro).
De esta manera, los dirigentes atenúan la responsabilidad que de pleno
derecho recae sobre ellos, dando piadosamente consejos sobre la visión
espiritual que han de tener los adherentes como si el problema radicara en
realidad en su punto de vista espiritual inapropiado. No admiten que esos
miembros no originaron nada en absoluto, sino que albergaron esperanzas
asociadas a diferentes fechas únicamente porque los dirigentes de la
organización suministraron material preparado claramente para estimular
tales deseos, de manera que cada fecha mencionada, así como todas las
‘conjeturas’, ‘especulaciones’ y ‘cálculos’ a ellas conectados no tuvieron
su origen entre la comunidad de miembros, sino en el grupo de los dirigentes.
Es como si una madre, cuyos hijos enferman de indigestión, dijera de ellos:
"no fueron cuidadosos en cuanto a lo que comían", cuando el hecho es que
ellos simplemente comieron lo que ella misma les suministró. Y no solamente
les suministró tal clase de alimento, sino que insistió en que tenía que ser
aceptado como saludable, perteneciente a una dieta excelente que en ninguna
otra parte puede obtenerse, hasta tal grado que cualquier expresión de
insatisfacción sobre tal alimento se consideraría punible.
Los actuales miembros del Cuerpo Gobernante saben que durante el largo
tiempo que se han mantenido en vigor cualesquier enseñanzas ligadas a 1.914,
el cuestionar o mostrar desacuerdo con ellas podría ocasionar y de hecho
ocasionó expulsión. Saben que el auténtico "corazón de sabiduría" que ahora
recomienda La Atalaya, un proceder que evite la especulación basada en
fechas, fijando la atención, en cambio, en sencillamente vivir cada uno de
nuestros días sometidos a Dios, es exactamente el mismo proceder que algunos
miembros de las oficinas centrales de Brooklyn quisieron transmitir, siendo
tal su posición en este aspecto que resultó en parte principal de la
acusación de "apóstatas" por la que fueron juzgados.(1) Desconozco el alcance
de los pensamientos de hoy de los miembros del Cuerpo Gobernante. Unicamente
puedo decir que, habiendo sido partícipe de esa actitud que ahora se expone
y su fracaso en hacer un abierto y vigoroso reconocimiento de responsabilidad
por haber extraviado seriamente y por haber juzgado muy injustamente a otros
cristianos sinceros, no veo cómo pude eludir algún sentimiento de cobardía
moral.
Conociéndolos, me consuela el hecho de que muchos de los miembros del Cuerpo
Gobernante son sinceros en la convicción de que están sirviendo a Dios. Esto
por desgracia, va acompañado paralelamente de la creencia de que la
organización que dirigen es el canal de Dios para la comunicación divina,
superior al resto de organizaciones religiosas de la tierra (creencia que
hace evidente un estado de negación que les impide afrontar la realidad de
una trayectoria defectuosa y el registro negativo de la organización).
Cualquiera que sea la sinceridad en su deseo de servir a Dios, lamentablemente
no les ha salvaguardado de una profunda insensibilidad para con el posible
efecto desilusionador de sus fallidas predicciones apocalípticas y el efecto
debilitador que puede producir en la confianza de la gente en la veracidad y
valor de las Escrituras.
La Atalaya del 1 de Mayo de 1.996 contenía además otro cambio
importante, éste relacionado con las normas. Como se muestra en Crisis de
Conciencia páginas 101-103, 130, 131 y en el libro In Search of Christian
Freedom páginas 257-268, allá por los años 70 el asunto de aceptar un
servicio alternativo (como trabajar en un hospital u otra forma de servicio
social) en lugar del servicio militar, fue traído a consideración por el
Cuerpo Gobernante, resultando en numerosas, largas e intensas discusiones.
Se hizo un estudio en las 90 sucursales de todo el mundo.
Tal como está documentado, muchos de los comités de las sucursales,
incluyendo las de varios países importantes, indicaban que los testigos
afectados no entendían ni la base bíblica envuelta ni la postura adoptada
por la organización. En varios casos los comités hicieron surgir cuestiones
en cuanto a lo justo de la norma y aportaron razones bíblicas por las que se
pudiera permitir considerarlo un asunto de conciencia. (Personalmente
presenté un informe de unas cuarenta páginas con evidencia histórica, bíblica
y de léxico que apuntaba en esa dirección).
Finalmente, desde el 28 de Enero hasta el 15 de Noviembre de 1.978, se abordó
el tema en seis sesiones del Cuerpo Gobernante. A la hora de votar siempre
hubo mayoría entre los miembros del Cuerpo Gobernante a favor del cambio de
la norma. Sin embargo no se alcanzó la imprescindible mayoría de dos tercios
hasta el 15 de Noviembre. Y duró menos de una hora. Después de una pausa,
Lloyd Barry, que había votado con la mayoría de dos tercios a favor del
cambio, anunció que cambiaba su voto favoreciendo el mantenimiento de la
norma. Esta permaneció.
Un año después, el 15 de Septiembre de 1.980, se llevó a cabo otra votación,
cuyo resultado fue una división equitativa, la mitad de los votos a favor
del cambio, la otra mitad en contra.
La norma se mantuvo en vigor por otros 16 años hasta que, en Mayo de 1.996,
repentinamenteLa Atalaya decretó que ahora el servicio alternativo era un
asunto de conciencia. Durante esos 16 años miles de testigos, esencialmente
jóvenes, perdieron tiempo en la cárcel al rehusar efectuar diversas formas
de servicio a la comunidad como alternativa al servicio militar. Tan atrás
como en 1.988 un informe de Amnistía Internacional señalaba que en Francia
"más de 500 objetores de conciencia, en su mayoría testigos de Jehová, fueron
puestos en prisión a lo largo del año". Para ese mismo año en Italia
"aproximadamente 1.000 objetores de conciencia, en su inmensa mayoría
testigos de Jehová, fueron informados de que iban a ser recluídos en 10
prisiones militares por negarse a hacer el servicio militar o el servicio
civil sustitutorio".
Esto es sólo una vista parcial del asunto. Con que un solo miembro del Cuerpo
Gobernante no se hubiera echado atrás en su votación en 1.978, prácticamente
ninguna de estas personas tenía que haber sufrido encarcelamiento. Los
informes de los comités de sucursal aportan evidencia que no fue el dictado
de la conciencia de estos jóvenes el motivo de su encarcelamiento. Fue la
coacción ejercida para adherirse a una norma impuesta a través de una
organización.
Aún siendo indiscutiblemente bienvenido el cambio, uno no puede dejar de
pensar en los miles de años perdidos en conjunto durante medio siglo por
jóvenes testigos así como la privación de libertad para asociarse con la
familia y amigos, o el contribuir a su propio sostén y el de su familia o
realizar otras actividades dignas de formas que no están disponibles tras
las paredes de una carcel. Todo ello representa una increible pérdida de
valiosos años simplemente porque no existía razón para ello al tratarse no
de una posición basada en la Biblia, sino impuesta por la autoridad de una
organización.
Si hubiera habido un franco reconocimiento del error, no meramente del error
doctrinal, sino de la equivocación cometida al invadir incorrectamente el
derecho de conciencia de otros, y sentir pesadumbre por las consecuencias
nocivas de hacer eso, se podría encontrar motivo para sincero encomio,
incluso razón para albergar esperanza de algunas medidas de reformas profundas.
La Atalaya del 1 de Mayo de 1.996, sin embargo, en modo alguno se ocupa en
dar consideración a tales asuntos ni aporta indicación alguna de sentimiento
de pesar por el resultado de haber impuesto una postura equivocada por más
de medio siglo. Ni tan siquiera ofrece alguna explicación razonando el por
qué una norma errónea se mantuvo rígidamente por más de 50 años. En un par
de frases despachan el cambio, haciéndolo como por decreto. Una de ellas
dice: "luego le toca tomar una decisión personal".
En lugar de disculparse, la organización, muy al contrario, parece sentirse
acreedora de aplauso por haber efectuado cambios que debería haber tenido el
buen sentido (y humildad) de haberlos hecho décadas antes, cambios que fueron
rechazados ante una amplia evidencia aportada con las Escrituras tanto desde
dentro del Cuerpo Gobernante como desde los comités de sucursal. Algunos de
esos comités no solamente presentaron entonces la evidencia bíblica que se
halla en La Atalaya del 1 de Mayo de 1.996, sino otra más amplia y más
cuidadosamente razonada con las Sagradas Escrituras.
Eso lo hicieron allá en 1.978, sin embargo lo que escribieron fue de hecho
menospreciado por los miembros del Cuerpo Gobernante quienes optaron por
mantener la norma tradicional en su lugar.
Incluso el error (cuando se trata de un error de La Watch Tower) se presenta
como algo beneficioso. La misma Atalaya pasa a considerar la
interpretación errónea de las "autoridades superiores" del capítulo 13 de
Romanos que rechazaba la clara evidencia de que el pasaje se refiere a las
autoridades gubernamentales humanas, empeñándose en que las "autoridades
superiores" se referían sólo a Dios y a Jesucristo. Esta interpretación
errónea reemplazaba a un entendimiento previo correcto, y se enseñó desde
1.929 a 1.962 (2). La Atalaya del 1 de Mayo de 1.996 (página 14)
decía sobre este entendimiento erróneo:
Visto desde el momento actual, hay que decir que
este punto de vista, que exaltó la supremacía de Jehová y de su Cristo,
contribuyó a que el pueblo de Dios se mantuviera completamente neutral
durante este periodo difícil [se refiere al periodo de la segunda Guerra
Mundial y de la Guerra Fria].
Lo que de hecho viene a decir es que el haber tenido el entendimiento correcto,
lo que en realidad quiso transmitir Pablo cuando escribió esas palabras, o
bien pudo no haber sido suficiente como guía, o bien pudo no constituir una
protección eficiente contra las acciones impropias de un cristiano. ¡Cuán
erróneo punto de vista enseñado por la Sociedad Watch Tower! Nada hay que
indique que Dios guie a su pueblo sirviéndose del error. En tiempo de crisis
El los fortalece con la verdad, no con el error. 1ª Juan 1:5; Salmos 43:3;
86:11.
Incluso los cambios efectuados recientemente son básicamente un tratamiento
con los síntomas más bien que con la causa principal de la
enfermedad. La enfermedad en este caso reside en el énfasis concedido a la
autoridad organizacional y su derecho a ser impuesta sobre la conciencia
humana y el pensamiento personal. Como anterior teólogo católico, Charles
Davis dijo: "existe la posibilidad de que la causa de la enfermedad sea
aclamada como su remedio". De este modo, al poner en marcha un cambio
importante, La Atalaya decepciona otra vez cuando afronta
el problema del razonamiento falso original y el mal uso de las Escrituras
que hizo que el cambio fuera necesario, y en lugar de eso, procura lanzar el
cambio argumentando que se debería mostrar confianza y sumisión al sistema
que dió el mal entendimiento en un principio - y que no solo lo dió, sino
que insistió en ello y tomó acción sobre cualquiera que no lo aceptara.
En cada caso, además, uno ve clara y lamentable evidencia que el cambio no
se efectúa como resultado del amor a la verdad, apego a las Escrituras o
interés en la gente, sino que se produce cuando la posición de ellos queda
en precario, difícil de mantener, a veces de una manera harto embarazosa,
como en lo referente a las enseñanzas relacionadas con el año 1.914, o
cuando interesa eludir impuestos o están en juego otras restricciones.(3)
Es por eso que las esperanzas para una reforma genuina son en gran parte un
espejismo.
1 Para documentación ver páginas 222, 232, 248, 276, 282, 282, 291
2 Ver también In Search of Christian Freedom páginas 483-488
3 El hecho de que el asunto del Servicio Sustitutorio se haya suavizado
porque muchos países no mantienen ya el Servicio Militar Obligatorio, puede
haber alentado el cambio en esta cuestión. Quizá atendiendo más a conseguir
ventajas ante los gobiernos, ya que ha habido algunas dificultades recientes
en conseguir o mantener una cierta situación en algunos países europeos.
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