Sin Rostro Humano.



l tema literario del que se alimentan los testigos de Jehová y que, en teoría, habría de ser la exposición de la doctrina bíblica y de los principios cristianos, en realidad centra la atención de manera absorbente sobre sí mismos, en especial sobre el 'esclavo fiel y discreto', en una defensa a ultranza de la Organización como el único lugar en el que tener la protección y la bendición divina y, finalmente, obtener la salvación. Afianzar esa idea es algo obsesivo y a ello se dedican incansablemente en su obra propagandística. Realmente, cuando uno ha leído por un tiempo considerable sus publicaciones y dedica algún tiempo a pensar, advierte que hay varios temas o varios enfoques de la información, todos ellos conducentes, desde distintos ángulos a reforzar ese trabajo de propia justificación. En esa estrategia suele dedicarse una buena parte de esa literatura a una labor de adulación y alabanza dirigida al esfuerzo y la colaboración de los testigos. Estos se sienten halagados en la medida en que su esfuerzo de cooperación con la Sociedad es reconocido y encomiado periódicamente. Suelen quedar encantados con artículos en donde se les incita a pensar que están muy por encima de los demás, que son más limpios que los creyentes de cualquier otra organización religiosa y que son 'los únicos' que están cumpliendo con la comisión de 'predicar' las buenas nuevas.

Como es de suponer, no siempre las expresiones de halago y encomio son tan explícitas. En ocasiones aparecen disfrazadas en la exposición de temas a los que no habría que objetar ni un ápice, si no se tuviera en cuenta el conjunto de la información y lo que hay de verdad en los resultados en las personas. Se trata de hacerles creer que es Dios mismo quien moldea su comportamiento al grado de haber alcanzado una posición que cualquier cristiano está dispuesto a asumir. El problema es que, lo que la vaguedad de la teoría les dice está desgraciadamente reñido con lo que es la realidad.

Hace unos meses abordaron el tema El Gran alfarero y su Obra (La Atalaya del 1 de Febrero de 1999), sobre el que se hizo el correspondiente comentario en este mismo lugar. Ahora vuelven de nuevo sobre el asunto, con más brevedad, pero con un nuevo recordatorio que ahonda en la implantación en la mente de los testigos la misma idea. Y no es que en sí el tema sea cuestionable. Cualquiera suscribiría la idea de ser moldeado por Dios mismo. Pero el tratamiento dado, el contenido y enfoque de la información, coloca al Cuerpo Gobernante y, en general, a los dirigentes de la Wachtower asumiendo el protagonismo que lleva a cabo la obra de moldear en detrimento del papel directo de Dios. El resultado es que el pensamiento doctrinal interesado de los dirigentes subyace tras una apariencia de apoyo divino y soporte bíblico al grado de lograr la implantación total del criterio de la Organización a todos los niveles. Ahí es donde desaparece la obra de Dios, que queda suplantada por la acción de la secta. La tergiversación en el desarrollo del tema es la propia de cualquier grupo sectario que pone a Dios como responsable último de los intereses de quienes dirigen las actividades del mismo.

De manera que La Atalaya del 1 de Abril de 1999, ahora en un artículo menor, aborda un aspecto de la misma cuestión bajo el tema ¿Quién moldea nuestro modo de pensar? Como cabe esperar, los testigos están enseñados para creer que es Jehová quien los moldea y los guía. Por eso cuando leen declaraciones como "Recordemos que Jehová no es un manipulador" (página 22), por lo obvio de la cuestión y el contexto en el que se incluye ese tipo de declaraciones, tienden a pensar que 'el esclavo fiel y discreto' no manipula. El tratamiento dado a la información conduce al testigo necesariamente a hacer esa lectura.

Sutilmente introducen en el texto declaraciones con doble sentido, llenas de intencionalidad, incluso con una presión implícita que la literalidad de la frase parece desmentir. Así, también en la página 22 dicen:

"Jehová nunca usa su omnipotencia para obligar a la gente a actuar en contra de su voluntad; tampoco es responsable de los productos defectuosos, como pudiera suceder en el caso del alfarero humano (Deuteronomio 32: 4). Los defectos se producen cuando aquellos a quienes Jehová trata de moldear de manera positiva se resisten a su dirección".

El artículo dirigido esencialmente a los testigos de Jehová ha de entenderse teniendo en cuenta un férreo adoctrinamiento previo, mediante el cual el lector entenderá que cuando se habla de Jehová, piensa en realidad en la Organización, el conducto nombrado por Jehová, el 'esclavo fiel y discreto'. Igualmente, cuando hablan de "resistencia a la dirección de Dios", entienden el ser discordantes con la manera de operar de la Organización o con algunos puntos de su doctrina. Se trata, entonces, de una perversión del discurso y la realidad nos muestra que es imposible hacer a Jehová responsable de las doctrinas, los métodos, las prácticas y los manejos de la Watchtower. Siendo así las cosas, ¿Quién realmente moldea a los testigos?

Dedicaremos la información que sigue a considerar algunas de estas cosas. Examinaremos cómo la "manera de pensar" de los testigos en algunas cuestiones importantes no es otra cosa que fruto de la imposición del pensamiento o prácticas desarrolladas por la propia Organización a través de los años. No entraremos en el asunto de las doctrinas, centradas principalmente en profecías continuas y fallidas todas ellas, así como de teorías absurdas que han quedado enterradas en el olvido. El historial que tienen, repleto de continuados errores y bandazos doctrinales, habría de constituir un argumento contundente para que desistieran en comprometer y utilizar a millones de personas en la diseminación de más errores. Aunque sólo sea por seguir la ley de probabilidades, aparte el testimonio irrefutable de la Biblia, deberían desechar como candidatas a probarse falsas la inmensa mayoría de las cosas que ahora enseñan. Pero, mucho nos tememos que, incluso al más alto nivel, la manera en que "se han moldeado" y los inconvenientes que el "disentir" acarrea, tenga mucho que ver con que nadie se atreva seriamente a revisar la doctrina, las formas y los métodos dentro de la Organización. Muy al contrario, no se ha escatimado esfuerzo por ocultar el historial de sus fracasos, ya sea, mediante el olvido intencionado o, peor aún, mediante la tergiversación de los hechos, las afirmaciones y las doctrinas.

Dejando, pues, esas cosas a un lado, nos centraremos más bien en algunos aspectos a través de los que trasciende el fanatismo, la intolerancia y lo dañino que resulta la esclavitud a la que someten a los adeptos como resultado de la negativa rotunda a dar consideración a que puedan verse las cosas de una manera diferente a la opinión de un grupo reducido de personas, los que dirigen. Todo ello tiene repercusiones en la vida que llevan los testigos, con riesgo de exponerse a inmolarla sin necesidad en casos relacionados con tratamiento médico. También tiene un efecto devastador en el trato que dan a personas honradas, cuando éstas perciben que ése no es el lugar en el que desarrollar su vida espiritual. Son cosas que, por archisabidas, no resulta menos necesario volverlas a considerar por lo perjudiciales que resultan para las personas afectadas y para, en pura lógica, descartar que unas enseñanzas y una mentalidad así pueda ser responsabilidad de Dios y no el resultado de la obra de unos hombres que, por razones extrabíblicas, han logrado implantarlas en la mente de millones de personas mediante técnicas de corte sectario.

Los derechos humanos, reflejo de la libertad de todo individuo exigible ante cualquier organización o colectivo, son pisoteados con su práctica de juicio y actitud programada para el desprestigio de personas honorables que una vez entraron en la Organización en la creencia de poder servir a Dios "en espíritu y en verdad", pero con el paso del tiempo decidieron honradamente dejar de apoyar lo que creyeron falso e injusto. Ahora son despedidos despreciativamente por ancianos que se comportan como auténticas alimañas hacia sus congéneres. Así entienden "el amor por lo que es justo y el odio a lo que es malo". Eso es lo que les dicen sus manuales. Lo malo siempre ha sido odiar y denigrar a la persona, destruir su fama, tratar que los demás lo consideren como "malhechor", destruyendo relaciones familiares. Pueden tener otros derechos, como cualquiera, es decir, quien no esté de acuerdo con sus creencias puede sentirse restringido para formar parte de su confesión, pero jamás concebir un programa para denigrarlo. Esa es una cuestión que muestra la carencia moral de los responsables de Brooklyn, el despótico y resentido Cuerpo Gobernante.

Ultimamente estamos comprobando eso en muchos casos alrededor del mundo. Personas que, por motivos de conciencia, abandonan la organización, están recibiendo un trato deshumanizado. Si, en ese proceso previo que vive la persona, hace preguntas sobre cuestiones doctrinales, sistemáticamente no se contestan. A lo sumo, remiten a información impresa. En ese momento "toman buena nota" de esa persona como de alguien, como mínimo, molesto. El tiempo que dedican a buscar adeptos por cielo y tierra contrasta con lo poco que están dispuestos a dedicar a las necesidades de sus hermanos. Normalmente, los ancianos muestran en principio un aparente interés, el que les marca el guión. Tal vez en algunos haya sinceridad, pero la hipocresía, el amaneramiento procesal, reflejado incluso hasta en la forma de hablar, el tono, todo ese procedimiento reglamentado termina por imponerse. Por lo general la única "ayuda" que ofrecen consiste en insistir en que no dejen de asistir a todas las reuniones, que participen en la "predicación", como antídotos para "disipar sus dudas". Y, ante todo, confianza ciega en la Organización. Todo eso forma parte del procedimiento a seguir rígida y mecánicamente. No dan más de sí, ni les está permitido.

Cuando observan la firme convicción de la persona, y sobre todo, si perciben que cuestiona la Organización en alguno de sus aspectos, entonces se pasa a la siguiente fase del programa escrupulosamente diseñado para estos casos. Cierran por completo los oídos a cualquier razonamiento que se les exponga, no quieren saber nada de errores pasados o presentes de la Organización, aunque éstos denigren el nombre de Dios. Citan de libros, de artículos de Atalaya en los que necesariamente se denigra a la persona discrepante considerándola "opositora", es la maquinaria con su marcha fría y mecánica. Apelan a la paz y unidad en la organización sin tener en cuenta que el mantenimiento a toda costa de esos valores, en el caso concreto de la Sociedad Watch Tower, son incompatibles con la Palabra de Dios, la verdad y la justicia. La ausencia de apoyo humano y personal es total. La razón es que, desgraciadamente, la Watch Tower no ha formado a seres humanos. Muy al contrario, ha destruido la parte más noble de la persona, los sentimientos y la capacidad para razonar en libertad, convirtiendo a las personas en unos seres mecánicos que siguen al pie de la letra un programa bien elaborado a través de la letra impresa y de muchos años de práctica mediante el cual han destruido el espíritu de la Sagrada Escritura, aislando y torciendo la "letra" de algunos de sus versículos. Eso es obra de la Organización, que "moldea" de esa manera a los que nombra como responsables, así como también ha diseñado la "actitud" de toda la comunidad para esos casos.

No resulta nada fácil obtener una respuesta lógica, aún después de ver con bastante claridad lo que sucede ahí dentro, que nos identifique con exactitud las razones por las que unas personas con un potencial espiritual y humano evidente, con el paso del tiempo dentro de la Organización llegan a perder por completo la sensatez y el equilibrio en el raciocinio. Ciertamente parte de eso se explica por el feroz adoctrinamiento y la presión psicológica y de todo tipo a la que están sometidos todos los miembros, cuyo control es férreo y continuo. La verdad es que, después de un tiempo de analizar la continua información cargada de mensajes, puede entenderse un poco la transformación sufrida, el paso de personas equilibradas a personas fanáticas. Eso no puede ser considerado como el resultado de la influencia benéfica del cristianismo, sino de una organización pseudocristiana. De hecho, se llega a la conclusión de que es un lugar ideal para fanáticos. Ahí encuentran acomodo muchas actitudes intransigentes, ya que tienen garantizado el apoyo y, hasta el aplauso, de la autoridad. Así se explica que actúen como autómatas, de acuerdo a un guión preestablecido, contra quienes no se amoldan a ese esquema que, por supuesto, tiene mucho que ver con la imposición de doctrinas y comportamientos indeseables.

Como secta destructiva, lo primero de todo es destruir la imagen de la persona ante quienes han sido sus compañeros, sus amigos y hasta sus familiares. La amabilidad, la sonrisa y el parabién con que una persona es recibida a la puerta de entrada en la congregación, se torna en acidez, en cara avinagrada, en despecho y en venganza cuando ésta decide abandonar, por el motivo que sea a la Organización. El camino de salida de la Organización está hábilmente sembrado de minas "espirituales". El descrédito y la inculpación son automáticos, así como la hostilidad en el trato. Es la constatación del gran contraste entre el tratamiento que se recibe a la entrada y el que se dispensa a la salida de esa Organización. Entonces se ven con más claridad cómo, junto a móviles nobles en teoría, aparecen las motivaciones espurias y hasta repugnantes, que se podrían depurar, si existiera la capacidad real para plantearlas con rigor y poder exponerlas públicamente en las congregaciones.

Hipócritamente están adiestrados para abordar a sus congéneres con una sonrisa, con un aparente interés en su bienestar, cuando en su interior los están catalogando como "mundanos", despreciables, adelantándose al juicio que únicamente a Dios corresponde hacer. Ven y valoran a la gente en función de potenciales prosélitos, no como criaturas de Dios, independientemente de la consideración que Dios haga de ellos. También, en la práctica de esa consciente o inconsciente hipocresía, utilizan a la gente como colaboradores con ellos al facilitarles un tiempo que puedan reflejar en su informe. El balance que se hace es positivo o negativo en función de que las personas a quienes abordan les presten unos minutos o acepten unas publicaciones para poder reflejar eso en un informe a la Organización. Esa es la clave para medir el éxito o sentirse frustrado. Así están moldeados. Así los moldea la Wach Tower. Tal vez no sean del todo conscientes de esa realidad, porque la capacidad de la mente para la autojustificación no tiene límites, el apoyo hacia ese comportamiento y la adulación recibida desde las páginas de La Atalaya es constante, lo que no altera en absoluto los hechos. Los sentimientos, las preocupaciones, las dificultades de sus semejantes preocupan poco o nada en relación a la obra salvavidas que supuestamente llevan a cabo.

No quiere decir que sean insensibles hacia el sufrimiento humano. Pero no se debe precisamente a la labor educativa de la Watchtower, sino más bien, habría que decir, a pesar de ella. Sienten el sufrimiento ajeno como cualquier otra persona, pero a ello no contribuye su condición profesa de cristianos. En muchos campos de actuación se "topan" con la nefasta influencia de la Watchtower. De hecho, las normas y prácticas, escritas o no, de la Organización suelen ser un impedimento para la colaboración en causas humanitarias. Ese dinero es mejor aportarlo a la Organización que le dará un "empleo mejor". También resultan inútiles las energías que puedan "desperdiciarse" en menesteres que no sean las de "acribillar" a sus vecinos irracionalmente con el mensaje de sus panfletos. Pero ¿Cómo se puede entrar en ese proceso? Y ¿En qué condiciones se de ahí?

En ellos se da una gran paradoja: por una parte presentan un mensaje sencillo, una nueva tierra está en breve disponible para que la disfruten quienes decidan unirse a sus filas, con toda profusión gráfica acompañante, paisajes paradisíacos, con montañas nevadas , arroyos de agua cristalina, casitas de ensueño en las verdes laderas de suaves colinas y gente feliz disfrutando de gran cantidad de alimentos naturales que la naturaleza ofrece generosamente. Ese es el anzuelo, el señuelo. Normalmente es suficiente para encantar a muchas personas a quienes se les hace contrastar con la vulgaridad, cuando no la tragedia, de la vida cotidiana. Además es tan corta la espera que es cuestión de regocijarse un poco con el sueño y esperar un despertar inmediato para disfrutar de esa realidad. Durante el tiempo de ese atolondramiento se van aceptando sin grandes complicaciones una serie de doctrinas que, por venir de quien viene, han de ser veraces, provechosas e indiscutibles. Dios mismo es el garante de ellas. Desde luego lo único que se ve, aunque algunas cosas "no se entiendan del todo", es un grupo de personas que tratan de servir a Dios con sinceridad. La historia pasada se desconoce, nadie habla de las doctrinas defendidas hace poco tiempo y ahora desechadas, menos aún de las que están en esa situación desde hace décadas. Unicamente se ve lo inmediato, lo que aceptan como "la verdad actual". La historia, que podría ser un elemento didáctico esencial, se ignora por completo. Forma parte de la técnica de exponer la verdad a medias.

Detrás de todo eso está la cabeza pensante, 'el esclavo fiel y discreto'. Ve cómo el efecto anestésico con el tiempo va perdiendo efectividad y la persona vuelve a una realidad que se alarga sin que su curación llegue. Puede que la persona se pregunte si en lugar de una medicina eficaz contra su dolencia lo que se le ha dado ha sido simplemente un placebo o tal vez un alucinógeno con efectos secundarios. Para ese tiempo ya se ha establecido una dependencia no fácil de cortar. Muchos, aparentemente ni se dan cuenta de eso. En esa situación la persona tiene que enfrentarse a unas preguntas que le gustaría resolver de verdad. Pero se da cuenta de que la Organización, en vez de darle la posibilidad de una discusión que conduzca en serio a delimitar claramente la verdad, ha montado un sistema tendente a entorpecer ese proceso, poniendo toda clase de obstáculos y procedimientos represivos a fin de mantener la autoridad.

Es entonces cuando detecta esa irreductible actitud de jamás reconocer los errores, siempre dando la vuelta al argumento, torciendo el raciocinio y echando mano a un supuesto "nuevo entendimiento", recurso del que abusan cuantas veces sea necesario. Cuando una persona no está de acuerdo con sus doctrinas la persiguen y se ensañan con ella, utilizando a los demás, a quienes previamente han adoctrinado con su perniciosa literatura. Los mecanismos establecidos para supuestamente "dialogar" o tratar de "enderezar" los asuntos cuando esas circunstancias se producen son mera pantomima, jamás escuchan, por lo que no vale la pena someterse a posibles vejaciones. Son como un muro que rebota todo lo que impacta sobre él. En muchas ocasiones, tras unas palabras de aparente conciliación se esconde el beso de Judas o la puñalada trapera. Es triste constatarlo. Jamás, por muy evidente que sea, nadie en los comités judiciales dará la razón al que ejerce de objetor de conciencia en materia doctrinal. Son máquinas, obedientes a "la voz de su amo". Las injusticias cometidas nunca se reparan. Así, por ejemplo, nadie ha ido a pedir disculpas a los que han sido expulsados, que los hay, por no haber considerado incompatible con su posición de objetor de conciencia, la realización de un servicio civil que la sociedad acepta en sustitución del servicio militar.

Muchas personas dentro de la organización llegan a un estado de perplejidad sin saber muy bien identificar las causas. En muchos casos, la insistencia del mensaje que a diario se recibe dentro de la organización, así como una serie muy variada de otras razones termina con cualquier atisbo de inquietud y deseo de tener respuesta razonable a sus incipientes preguntas. La política coercitiva, la falta de capacidad y la "propaganda" en contra de una actitud mínimamente crítica por lo general termina disuadiendo a la persona de ir más lejos. Otros, los menos, deciden abordar seriamente la situación y afrontar todas sus consecuencias, que no son otras que las ya descritas. Es ahí donde la Organización muestra todo el ensañamiento, especialmente contra los disidentes de sus doctrinas. Todo el razonamiento está hábilmente torcido, y todo tiene su respuesta previa debidamente manipulada mediante artículos que dan a entender cosas que no practican, o que justifican prácticas inhumanas bajo la apariencia de bondad y misericordia.

Así, cuando hablan de "Lo sabio de examinar uno su religión", hacen una exposición exquisita de la sabiduría que supone el que uno examine las creencias de su iglesia a la luz de la Biblia y la abandone, si considera que no se corresponden con lo que Dios quiere. Pero eso mismo es considerado como apostasía, si uno hace lo mismo con las enseñanzas del 'esclavo fiel y discreto'. Y eso supone una amarga experiencia para la persona que ha de enfrentarse a esas circunstancias. De la noche a la mañana, todo el entorno de esa persona se vuelve hostil como resultado de la labor sorda y continuada de adoctrinamiento de la Organización. Todo marchará bien en tanto la totalidad de los miembros de una familia vean las cosas de la misma manera. Sin embargo, puede desatarse el drama, cuando uno de esos miembros comienza a darse cuenta del engaño, la falsedad y la manipulación.

Clama al cielo la manera de echar la culpa a quien no la tiene y eximirse de responsabilidad, perjudicando a todas las personas afectadas en el caso de expulsión de un familiar. Eso queda reflejado en estas maquiavélicas palabras (La Atalaya del 1.3.83, página 31):

Otro tipo de pérdida tal vez la sientan los abuelos cristianos leales cuyos hijos hayan sido expulsados. Puede que los abuelos hayan estado acostumbrados a visitar con regularidad a sus hijos y disfrutar de la compañía de sus nietos. Ahora los padres están expulsados por haber rechazado las normas y los caminos de Jehová. De modo que las cosas han cambiado en la familia. Por supuesto, los abuelos tienen que determinar si algunos asuntos familiares exigen que ellos tengan cierta comunicación limitada con los hijos expulsados. Y puede que los abuelos a veces hagan arreglos para que sus nietos los visiten. No obstante, ¡qué triste es que los hijos, por su proceder no cristiano, impidan el placer normal de que disfrutaban tales abuelos!

Convierten las víctimas en los verdugos. ¿Cómo se puede atribuir semejante inhumanidad a la norma bíblica? ¿Cómo no rebelarse ante la crueldad que encierra semejante regla de la Watchtower?. Si embargo a eso lo llaman "medida amorosa".

La ¡Despertad! del 8 de Septiembre de 1996 así considera la práctica de expulsión que lleva a cabo la Watchtower en el artículo titulado¿Por qué es una medida amorosa la expulsión?:

... a muchas personas les sorprende enterarse de que los testigos de Jehová ven la expulsión (que equivale a la excomunión) con mucha seriedad. Esta medida, que, por supuesto, no se toma a la ligera, es una disposición amorosa...

... la expulsión es una medida amorosa, por cuanto resguarda el santo nombre de Dios y protege a la congregación de la influencia corruptora del pecado. Es, además, una manifestación de amor hacia el pecador, pues lo mueve a arrepentirse y a "[volverse] para que sean borrados sus pecados, para que vengan tiempos de refrigerio de parte de la persona de Jehová". (Hechos 3:19.)

Por principio, consideran corrupto y malhechor a todo expulsado sin distinción y lo aislan como a un apestado, perjudicando a esa persona, a sus familiares y a sus amigos que continúan dentro de la Organización. Cualquier posible pregunta interna está descalificada e interpretada en términos acusatorios por parte de la Organización, considerándola como maniobra del diablo. Dentro del tema ¡No dejen lugar para el Diablo! La Atalaya del 15 de Marzo de 1986, pagina 17 decía:

6 La impaciencia es otra de las tendencias por las que el Diablo se interesa. A veces pensamos que tienen que efectuarse ciertos cambios; desearíamos que se hiciesen ya, quisiéramos respuestas inmediatas. 'Este problema se resuelve ahora, o lo dejo todo. Se me da la respuesta a esta pregunta ahora mismo, o no doy un paso más. Ya hace años que el Armagedón y el nuevo sistema "están a la vuelta de la esquina". Me he cansado de esperar.' Tenga la seguridad de que el Diablo está listo para sembrar semillas de duda y rebelión en esos campos de impaciencia. Se requiere perseverancia y fe. (Hebreos 10:36, 39.)

Como puede observarse, se emplean a fondo en perversión dialéctica. A quienes no llegan a compartir tanto despropósito de la Watchtower, siempre los colocan en un contexto de rebelión, orgullo, imputándoles todo tipo de maldades (La Atalaya del 15 de Enero de 1983, página 18):

... Aunque los burlones hablaban en contra de hombres fieles y responsables de la congregación, los impíos expresaban admiración por los individuos que podían serles de beneficio. (Judas 8, 16) Al igual que los fariseos, despreciaban a los miembros humildes y piadosos de la congregación. En vez de recoger con el Señor, trataban de desparramar. Aun en nuestro día hay quienes tratan de apartar a los inconstantes y formar grupos privados, supuestamente para "estudiar la Biblia". Esto nunca podría promover amor a Dios, a Cristo ni a la congregación cristiana.

La culpa siempre está fuera. Son incapaces de echar una leve mirada hacia su interior. La principal manipulación está en que, con el adoctrinamiento previo, cuando el testigo lee la literatura de la Watchtower, automáticamente parte de unas premisas previamente implantadas en su mente. Así, considera que la Watchtower es el canal de Dios, hace las veces de Dios para él; la literatura de la Watchtower es la Biblia explicada por su representante 'el esclavo fiel y discreto'; estar informado significa escuchar exclusivamente la opinión y la voz del 'esclavo' e ignorar a quienes opinan de manera diferente; los errores de la Watchtower son producto de la imperfección humana, los errores de los demás son apostasía, ya que están en bajo el poder del inicuo. Todo eso forma parte del condicionamiento en la forma de pensar y de actuar de los testigos, educados y "moldeados" por la Watchtower. Pueden llegar tan lejos que incluso se llegue a poner en riesgo la vida, asumiendo como razonada y "propia" la doctrina de la Watchtower.

Como un ejemplo del razonamiento perverso al que los testigos están sometidos, podemos contemplar la información que reciben con respecto a la actitud que han de adoptar cuando afrontan el problema de las transfusiones de sangre. Es esta una doctrina que, como otras muchas, ha sido establecida mediante una consideración superficial de unos versículos de la Biblia, sin atenerse en absoluto a todo el conjunto y sin tener en cuenta la circunstancias y el alcance de una decisión tomada en Jerusalén por los primeros discípulos cristianos. No es el caso de entrar ahora en esa cuestión que, por lo demás, el sentido común no puede atribuir a la voluntad de un Dios amoroso. Nuestro Ministerio del Reino de Junio de 1992 desarrollaba el tema Proteja a sus hijos del uso indebido de la sangre. Se subrayan las partes de mayor interés a efectos de adoctrinamiento:

22 Dependiendo de la situación, podrían comunicar al juez que, quien opina que es necesaria la sangre es un determinado doctor, pero que los médicos difieren de opinión, y por ello preferirían tener la oportunidad de buscar uno que desee atender a su hijo con los muchos métodos disponibles que no precisan sangre. Puede que entonces ya hayan localizado, con la ayuda del Comité de Enlace con los Hospitales, al médico que desee tratar a su hijo sin sangre y que quizás pueda dar, aunque sea por teléfono, un testimonio muy útil en el tribunal. Es probable que el comité de enlace pueda compartir con el juez (e incluso con el doctor que solicita la orden judicial) artículos médicos sobre la manera de solucionar sin sangre el problema médico de su hijo.

23 Cuando se apremia a los jueces para que emitan una orden judicial, a menudo no han examinado ni se les han recordado los muchos riesgos que encierra la sangre, entre ellos el SIDA, la hepatitis y muchas otras enfermedades. Pueden señalárselos al juez y también comunicarle que, como padres cristianos, consideran una grave infracción de la ley de Dios emplear la sangre de otra persona para mantener la vida, lo que para ustedes equivaldría a una violación. Ustedes y su hijo (si tiene edad suficiente para tener sus propias convicciones) pueden explicar que les repugna esta invasión de su cuerpo y pueden apelar al juez para que no emita una orden judicial, sino que les permita buscar tratamiento alternativo para su hijo.

24 Cuando se presenta una buena defensa, los jueces pueden ver con más claridad el otro lado de la cuestión, el de ustedes, padres. No están tan listos a autorizar una transfusión. En algunos casos han restringido estrictamente la libertad del médico de utilizar sangre e incluso han exigido que considere primero las alternativas, o han dado a los padres la oportunidad de buscar a otros médicos que deseen tratarle sin sangre.

25 Al tratar con los que procuran imponerles una transfusión de sangre, es esencial que nunca den muestras de vacilar en sus convicciones. Los jueces (y los doctores) a veces preguntan a los padres si les importaría "descargar" sobre ellos la responsabilidad por la transfusión, pues creen que así aliviarían la conciencia de los padres. Pero deben dejar claro a todos que, como padres, sienten la obligación de seguir haciendo todo lo posible por evitar la transfusión. Dios les ha dado esa responsabilidad y por tanto no es transferible.

26 Así, cuando hablen con los doctores deben estar preparados para exponer su postura con claridad y persuasión. Si a pesar de todos sus esfuerzos se emite la orden judicial, continúen implorando al médico que no utilice transfusiones y ruéguenle que emplee un tratamiento alternativo. Sigan tratando de conseguir que acepte considerar artículos médicos y el consejo de doctores que están dispuestos a que se les consulte sobre el problema médico a fin de evitar la sangre. En más de una ocasión un doctor que parecía intransigente ha salido del quirófano anunciando con orgullo que 'no había utilizado sangre'. Por tanto, aunque se haya emitido una orden judicial, ¡no se rindan! (Véase "Preguntas de los lectores" de La Atalaya, 15 de junio de 1991.)

27 Recuerden que Jesús dijo: "Guárdense de los hombres; porque los entregarán a los tribunales locales [...] Los llevarán ante gobernadores y reyes por mi causa, para un testimonio a ellos y a las naciones". Para que tengamos consuelo en esas circunstancias, Jesús agregó que el espíritu nos ayudaría a recordar qué sería apropiado y beneficioso que dijéramos en tales ocasiones. (Mat. 10:16-20.)

28 "El que está mostrando perspicacia en un asunto hallará el bien, y feliz es el que está confiando en Jehová." (Pro. 16:20.) Padres, hagan todos los planes necesarios para proteger a sus hijos de una transfusión de sangre, práctica que contamina en sentido espiritual. (Pro. 22:3.) Hijos, respondan a la instrucción de sus padres cuando hagan estos planes y aplíquenlos de corazón. Como familia, 'queden firmemente resueltos a no comer la sangre', "para que les vaya bien" al tener la bendición de Jehová, su beneplácito y aprobación. (Deu. 12:23-25.)

Hemos de subrayar que la Watchtower se cuida mucho en exponer su visión de las cosas, su exclusivo punto de vista, como la convicción profunda de los adeptos. Pero eso no tiene por qué ser así. La coincidencia es forzada. De ahí que se necesite de un adiestramiento constante en la manera en que han de comportarse y hasta les señalan a quiénes tienen que dar cuenta dentro de la congregación. Estos cumplen perfectamente con el papel de ser un elemento más de presión sobre las personas que atraviesan momentos difíciles, tal vez dramáticos. Si la Watchtower en un momento dado tuviera una "nueva luz" sobre el tema, estoy seguro que la totalidad de los testigos se sentirían muy aliviados. Eso quiere decir sencillamente que es una norma de la Organización que, efectivamente, defienden como creencia propia e individual, exactamente como se venía haciendo hasta hace pocos años con el asunto del servicio civil que ahora pueden llevar a cabo como alternativa al servicio militar.

Han de ser terribles los pensamientos de un padre ante la muerte de un hijo en el caso de que le quede la duda de haber podido evitarla, aceptando una transfusión. Generalmente los testigos tienen muy en la mente el enfoque ofrecido en los párrafos subrayados en los que a veces incluso se menosprecia la visión y el criterio médico y, hasta se insinúa la incompetencia de los jueces a quienes se les ha de hacer ver los "peligros" potenciales de una transfusión que ellos ignoran o de los que no están suficientemente informados. Ha de tenerse en cuenta, como queda dicho, que no se trata de la creencia fuertemente razonada de los testigos, sino de la imposición de esa manera de ver las cosas de la Wachtower. Ella es quien "moldea" en ese asunto también. No somos pocos quienes pensamos que la razón para que no se produzca un cambio en esa materia no es de convicción bíblica, sino por el temor a las obvias repercusiones que eso traería consigo. De confirmarse esa opinión (cosa imposible, por otro lado) sería algo incalificable.

El esfuerzo que la Watchtower hace para mostrar en todo momento que se trata de una decisión "personal" debida a la creencia fuertemente arraigada en la persona tiende, como es lógico, a que en caso de dificultades legales, sea la persona quien las haya de afrontar. Pero eso contrasta con tanta normativa y tanto medio de presión impuesto por la Sociedad para que esa persona no se aparte un ápice del procedimiento a seguir. De hecho, si la persona, por las razones que sea, conviene y acepta una transfusión para sí o para sus hijos pequeños, inevitablemente tendrá dificultades con la Organización.

Nuestro Ministerio del Reino de Noviembre de 1990 contiene toda una normativa para afrontar casos graves bajo el tema ¿Está usted preparado para una situación médica que presente un desafío a su fe?

Allí se describe todo un procedimiento de actuación ante la emergencia de un caso de transfusión de sangre. Aunque se traslada, como ocurre siempre, la responsabilidad a la persona como tratándose de una fuerte convicción propia, en realidad se trata de la normativa de la Organización para esos casos. En primer lugar se aconseja:

Mantenga esta información donde la pueda hallar rápidamente en caso de necesidad.

Esas normas contienen instrucciones como las siguientes:

1 Nadie se detiene a pensar mucho en la posibilidad de hallarse en un hospital hoy o mañana. Sin embargo, "el tiempo y el suceso imprevisto les acaecen a todos". (Ecl. 9:11.) Aunque usted no prefiera el tratamiento médico como su método de cuidar de su salud, ¿qué hará para protegerse de una transfusión de sangre no deseada si quedara inconsciente en un accidente y se le llevara de urgencia a un hospital? Sí, de súbito un accidente o un deterioro inesperado de la salud pudiera ponerlo en una situación que fuera un desafío para su fe.

2 Si por alguna razón se hallara en un hospital, ¿qué haría para mantenerse íntegro si alguien le dijera que a menos que recibiera una transfusión de sangre moriría? ¿Se apresuraría a creer que le han dicho la verdadera condición en que se halla? ¿Está absolutamente convencido de que no desea sangre? ¿Está preparado para hacer frente a ese desafío a su fe y 'abstenerse de sangre'? (Hech. 15:28, 29.)

3 Para resistir con éxito una transfusión de sangre no deseada, lo que significaría contaminación espiritual, el primer requisito es tener una convicción firme. Esa convicción debe fundarse en un entendimiento claro de lo que la Biblia dice acerca de la sangre. De otro modo, pudiera ser que durante la angustia o agitación del momento, usted se dejara intimidar fácilmente por alguien que asegurara conocer mejor que usted su situación. ¿Caería en el error de pensar que quizás los médicos sepan más de la sangre que Dios mismo? En esas circunstancias usted de seguro querrá estar "firmemente resuelto" a 'hacer lo recto' a los ojos de Jehová, sin importar lo que digan simples seres humanos. (Deu. 12:23-25.) Pero ¿tiene que enfrentarse a ese desafío usted solo? (Ecl. 4:9-12.)

13 EL EQUIPO MÉDICO: En ese momento no debe dominar el temor al hombre. (Pro. 29:25.) Si usted manifiesta inseguridad, alguien pudiera pensar que no es sincero. Cuando se requiera cirugía, sea que usted lo sepa con anticipación o surja una situación de urgencia, usted o el pariente más cercano debe hacer resueltamente algunas preguntas directas a quien esté encargado del equipo quirúrgico. Una pregunta importante es: ¿Respetarán los deseos del paciente y le suministrarán en toda circunstancia tratamiento sin sangre? Sin esta garantía, usted no estaría bien protegido.

17 A todos estos médicos usted debe mencionarles con claridad su posición inflexible: NO ACEPTA SANGRE. Pida que en su caso se le dé atención médica sin el uso de sangre, como alternativa al método que incluya tal uso. Mencione cualquier otro tratamiento sin sangre que se pueda emplear en su caso. Si los médicos creen que estos no surtirían efecto en su caso, pídales que investiguen otras posibilidades en la literatura médica. Asegúreles que, si lo desean, usted puede conseguirles información por medio de pedir a los ancianos que se comuniquen con el Comité de Enlace con los Hospitales más cercano.

Expresiones como "desafío para su fe", "contaminación espiritual", forman parte del mensaje falaz por el que se le inculca un sentimiento de culpabilidad y se le deforma la conciencia. La afirmación mediante la que se considera como "su posición [la del testigo] inflexible" forma parte del adoctrinamiento, de ese moldear de la mente de los testigos. Un poco más adelante anima el párrafo a que el propio testigo mencione "cualquier otro tratamiento sin sangre", como si el testigo de término medio, los ancianos o los miembros del CEH estuvieran en posición médicamente autorizada para determinar en esos casos. ¡Cuántas veces tanta presencia de personas que supuestamente acuden como apoyo lo que hacen no es otra cosa que estorbar y complicar la situación! ¿Se trata o no se trata de una creencia y una decisión personal, sin necesidad de tantos testigos interesados más en que se cumpla a rajatabla una disposición de la Watchtower que en el bienestar de un paciente y sus familiares?

20 Uno de esos derechos se conoce como el derecho de consentimiento informado, lo cual significa que no se le puede administrar tratamiento alguno sin que usted lo autorice. Si lo desea, hasta puede rechazar todo tratamiento.

Todo eso es verdad y, tal vez, nada habría que oponer cuando alguien libremente escoge para sí basado en convicciones propias. Eso resulta muy difícil determinar cuando es norma de una Organización que la impone a sus miembros. Además, por encima de todos los derechos, está el derecho natural y divino a la vida, que la Biblia no contradice, pero sí la interpretación que en este caso hace de ella la Watchtower.

24 LLAME A LOS ANCIANOS DE LA CONGREGACIÓN si no lo ha hecho aún. (De hecho, debido a nuestra postura en cuanto a la sangre, el proceder sabio sería avisar a los ancianos cada vez que tengamos que ir a un centro para el cuidado de la salud.) Luego, si se considera necesario, LOS ANCIANOS SE COMUNICARÁN CON EL MÁS CERCANO COMITÉ DE ENLACE CON LOS HOSPITALES. Si lo desea, algunos miembros del Comité de Enlace con los Hospitales quizás puedan acudir al hospital para ayudarle. (Isa. 32:1, 2.)

Esa es la reglamentación vigente para estos casos entre los testigos de Jehová. No se trata, pues de que Jehová moldea su manera de pensar individual y sus vidas, sino las disposiciones de la Sociedad Watchtower que necesariamente se inmiscuyen en todo aspecto de la vida de los testigos a fin de mantener una férrea disciplina interna. La serenidad, el sosiego y el apoyo que requiere una situación así se ve entorpecido por la presencia de la norma de la Watchtower que, muchas veces, pende sobre la decisión de la persona como una espada de Damocles. La presión sobre la persona que tiene que afrontar una situación de este tipo y que lo primero que hace es acudir a la información de este suplemento, se ejerce en todos los aspectos posibles. En ese sentido hasta se advierte de posibles "trampas" que pueda tenderle el personal sanitario y que son contrarrestadas con el razonamiento torcido de su visión de las cosas:

PREGUNTAS DE LAS QUE HAY QUE CUIDARSE

30 Usted debe saber que hay ciertas preguntas que los médicos y otras personas plantean, no siempre con buenos motivos. La que los médicos hacen más a menudo (y también algunos jueces) es: "¿Prefiere morir (dejar que su hijo muera) a aceptar una 'transfusión de sangre que le salve la vida'?".

31 Si usted contesta afirmativamente, esa sería una respuesta correcta desde el punto de vista religioso. Pero a menudo ese tipo de respuesta se entiende mal, y a veces hasta resulta en decisiones jurídicas adversas. Usted tiene que recordar que en ese momento no se halla en el ministerio. Más bien, está hablando sobre tratamiento médico necesario. Por lo tanto, debe adaptarse a su auditorio, sea médico o legal. (Sal. 39:1; Col. 4:5, 6.)

32 Para un médico, un juez o el administrador de un hospital, ese "sí" pudiera significar que usted quiere ser un mártir o que quiere sacrificar a su hijo por su fe. En medio de esa situación, el hablar sobre su fe firme en la resurrección por lo general no resulta útil. Le calificarán de fanático religioso, incapaz de tomar decisiones racionales cuando la vida está en juego. En el caso de los hijos, lo considerarán como un padre negligente que rehúsa tratamiento médico que supuestamente 'salva vidas'.

33 Pero usted NO está rehusando tratamiento médico. Usted sencillamente difiere del médico en cuanto a LA CLASE de tratamiento. El aclarar su postura a menudo cambia todo el cuadro tanto para usted como para ellos. Además, sería engañoso de parte de ellos el hacer creer que la sangre es inofensiva y el ÚNICO tratamiento que 'pueda salvarle la vida'. (Véase ¿Cómo puede salvarle la vida la sangre?, páginas 7-22.) Así que usted tiene que hacer que este punto quede muy claro.

36 Usted debe comprender que cuando algunos hacen esas preguntas por lo general están procurando vencer la objeción suya a la sangre. ¡No les dé, sin darse cuenta, esa oportunidad!

Pero entonces, ¿cómo podemos evitar ese malentendido? Usted pudiera decir:• "Si se me administra sangre por la fuerza de cualquier manera, eso sería para lo mismo que violar mi persona. Por el resto de la vida sufriría las consecuencias emocionales y espirituales de ese ataque indeseado. Resistiré con todas mis fuerzas tal violación física. De seguro llevaré ante los tribunales a los que me ataquen así, tal como lo haría en el caso de un ultraje sexual".

37 Tenemos que dejar una impresión gráfica y vigorosa para mostrar que para nosotros una transfusión forzada es una violación repugnante contra nuestro cuerpo. No es un asunto que se deba tomar a la ligera. Por eso, manténgase en su postura. Muestre claramente que usted desea que se le dé, desde el mismo comienzo, atención médica sin sangre en sustitución por tratamientos que usen sangre.

Resulta curioso cómo este último razonamiento (el de la violación) es el que han utilizado representantes de la Watchtower en los medios de comunicación. Hasta algún profesional de la medicina de los testigos lo ha hecho. ¿Tan pocos recursos propios tienen para defender una posición personal que inevitablemente han de acudir a la normativa escrita de la Watchtower? Efectivamente, siempre es así, repiten como loros, los conceptos, los argumentos y hasta las palabras literales de la Organización. Es evidencia clara de que están moldeados por ella y muestra cómo, hasta personas con una formación contrastada llegan a recitar de memoria las consignas de la Organización con una literalidad que revela la influencia totalitaria que la Watchtower llega a ejercer sobre todos. De manera que el testigo acude previamente aleccionado en muchos aspectos que condicionarán su actitud ante el personal médico y, sobre todo, su decisión está absolutamente mediatizada, aunque se le haya hecho creer que esa es una convicción propia y muy fuerte.

Pasamos a otro asunto igualmente perjudicial que, por supuesto también niegan, pero que es evidente que ha resultado de la política de la Watchtower en materia de formación académica. Esta ha hecho estragos entre muchos jóvenes, algunos de ellos se han quejado amargamente de eso una vez han abandonado la Organización, dentro es imposible que se manifieste esa queja. Mucho tiene que ver con todo eso la concepción de la Watchtower como una organización orientada exclusivamente hacia el tiempo del fin, visión que ha mediatizado el comportamiento en muchos aspectos de la vida de los miembros de esa confesión. Nunca el cristianismo verdadero puede ser entendido con semejante obsesión por el fin del mundo.

Es ciertamente difícil hacer una estimación del daño causado a los jóvenes al disuadirlos de prepararse concienzudamente para una vida profesional con la que hacer frente a las necesidades familiares. Pero, sin duda, la indefinición y esa permanente actitud de reconocimiento en ocasiones a la conveniencia de algún tipo de formación, pero matizado para no involucrarse demasiado en la misma, han influido negativamente en millares de jóvenes en los que se ha creado un estado de indecisión en cuanto a cómo afrontar decididamente la cuestión. A ello ha contribuido el fuerte estado de opinión creado en las congregaciones en el sentido de manifestar una solapada aversión a todo aquel que de alguna manera rompiera con las directrices procedentes de la Watchtower. Tal vez, en los últimos tiempos paulatinamente esté cambiando la mentalidad, en parte, porque la inminencia del fin se ha difuminado tanto que el contorno de su realización no se vislumbra y también por la frustración que eso, con el tiempo ha causado en millares de familias que han visto cómo sus jóvenes han desaprovechado los años de su adolescencia para adquirir una formación más acorde con las responsabilidades que, por ley de vida, una persona ha de asumir cuando llega a adulto.

En ese tiempo que media entre la terminación de la escuela secundaria y el determinar claramente un camino para completar eficazmente la formación para la vida profesional es en el que la mayoría afrontan el dilema. Muchos a esa edad se alistan tímidamente al precursorado, en muchos casos debido a la presión de los responsables de la congregación y también por la necesidad de llenar un tiempo que ahora está disponible, tal vez eludiendo así alguna responsabilidad. El hecho es que, en la práctica, veladamente han institucionalizado la incompatibilidad del estudio con el servicio a Dios. Ello ha sido así, por el menosprecio y hasta la hostilidad hacia los jóvenes que pudieran tener la meta de emprender una carrera "mundana". Se les ha presionado de muchas maneras para disuadirles de emprender ese camino sin que realmente pueda establecerse una razón que justifique esa actitud. Una persona instruida no tiene por qué ser sinónimo de falta de "espiritualidad". Lo mismo que una persona en buena posición económica no tiene que ser considerada necesariamente "materialista". Incluso una persona de pocos recursos puede ser más materialista que uno que esté en mejor posición. Quiere decirse que esos razonamientos son absolutamente absurdos. Es otra de las consecuencias de la "educación" de la Watchtower, una organización que transmite su mensaje envuelta en un halo de misterio, bajo el disfraz del 'esclavo fiel y discreto', pero sin presentar el rostro de los escritores. Es precisamente esa otra cuestión que facilita la irresponsabilidad personal por la mala influencia ejercida y que difícilmente asume un colectivo, una organización.

Escondidos tras el anonimato de la Organización extienden su influencia sobre millones de personas. Apelan a la humildad como motivo para omitir los nombres de los responsables de los artículos que vierten opinión doctrinal dogmática y de comportamiento exigible. En ese caso habría que deducir que Pedro, Pablo, Juan, Lucas, Santiago fueron personas altaneras, faltos de humildad. Afortunadamente conocemos los libros de Russell y Rutherford, sus disparates y su carácter. Indirectamente también hemos conocido el talante de Fredy Franz y de algún otro, de tan nefasta influencia. Por alguna razón, desde luego distinta a la humildad han decidido ocultar su nombre quienes escriben libros y artículos para la Watchtower. Uno de ellos puede estar en su incompetencia, el déficit de solvencia intelectual y autoridad bíblica. Otro quizá tenga que ver con la inseguridad de la Organización para mantener perpetuamente la fidelidad de algunos de estos hombres así como que los testigos supieran que muchos de quienes les están alimentando no forman parte en realidad de la clase de los 'ungidos', sino que pertenecen a las 'otras ovejas', lo que conllevaría muchas preguntas que no tienen explicación lógica. De esta manera todo queda bajo la invisible firma del 'esclavo fiel y discreto', envuelto en una aureola de gloria, mitificada a través de las páginas de La Atalaya.

Aparte todo eso, la diferencia que se aprecia cuando se lee la Biblia, es que en ella palpamos el sentimiento de los escritores, transmite el calor de los sentimientos. La literatura de la Watch Tower, por el contrario, es algo mecánico, normalizado y frío, desprovisto de sentimiento. Escriben como robots: pregunta, respuesta, norma, cifras... y una buena dosis de autocomplacencia y adulación de sí mismos. Es lo propio de la frialdad de una organización, no la vivencia y el sentimiento de un pueblo, el pueblo de Dios. Y eso es lo que llega a los lectores, impregnando sus vidas de normativas y mecanicismo.

Desgraciadamente ese sistema produce con mucha frecuencia hombres pobres de espíritu en el sentido peyorativo de la expresión, educados no para abordar la discrepancia legítima, sino para la intolerancia fanática, para el odio y la disgregación en el ámbito social y familiar. Desarraigan paulatinamente a la persona de su entorno en sus primeros contactos con la organización, podando paulatinamente los lazos de amigos y parientes que no llegan a aceptar esa doctrina, en parte porque la cantidad de obligaciones impuestas no les permiten tiempo para más. Después, cuando llega la hora de la discrepancia, les niegan el pan y la sal, la comprensión y afecto. Todo ello reglamentado en sus manuales de comportamiento hacia los discrepantes.

En muchos aspectos, no son lo que parecen, ni parecen lo que son. La imagen que corresponde a la vertiente humana del individuo queda desvaída cuando se examinan los comportamientos que obedecen a criterios de estricta disciplina. Toda la sonrisa con la que abordan a la gente en el proceso de captación se convierte en resentimiento cuando la persona deja de estar de acuerdo con una o varias creencias. Se facilita mucho la entrada con una condescendiente benevolencia, pero luego, una vez dentro, se pasa a la exigencia, al trabajo para la organización. Todo está milimétricamente contemplado en sus libros, nada hay espontáneo. Hasta el comportamiento en las grandes asambleas es preparado esmeradamente para dar una imagen corporativa que en muchos casos se pierde cuando la persona se ha de enfrentar a un comportamiento individual. Han urdido unas doctrinas y unos comportamientos perjudiciales a las personas. En todo caso, la responsabilidad por toda la deformación, no sólo doctrinal, sino en el comportamiento humano habría que repartirla en proporción al nivel de autoridad alcanzado dentro de la Organización. Lo cierto es que resulta incomprensible cómo personas de natural sencillo y bondadoso son arrastradas mediante una dialéctica irracional a un comportamiento perjudicial para sí mismas, su familia y sus amigos cuando surge conflicto de opiniones con la Organización. Eso no refleja el pensamiento de Dios, sino la exigencia de autoridad y control ejercidos por un grupo de iluminados que se presentan a sí mismos como sus representantes, su conducto o su canal de comunicación. Es la carencia de humanidad que puede conllevar el confundir los manejos de una organización con la voluntad de Dios mismo. (Contribuido)