ISABEL DE MONTALBAN



"El lado oscuro de los Testigos de Jehová"



Comencé a relacionarme con los Testigos de Jehová en el año 1985. Como casi todas las personas que son captadas por ellos, me cogieron en un momento débil. Siempre aprovechan las muertes de seres queridos, la falta de cariño, la soledad, las depresiones y los problemas en general (escolares, amorosos, de trabajo...) como buenos momentos para captar el interés de las personas y hacerles ver que con ellos y solo con ellos encontrarás lo que necesitas, la paz, tranquilidad y con ello la solución a todos tus problemas.

Así comencé yo. Siendo bombardeada por sonrisas y rostros amigables, que me hacían sentir querida, importante para ellos. Sentía que había encontrado nuevos amigos, de todas las edades, que se preocupaban por mí. Todos preguntaban mi nombre y me maravillaba el hecho de que nunca se volvieron a olvidar de cómo me llamaba. Yo no lo sabía entonces pero todo esto formaba parte de la captación de nuevos adeptos.

Ese bombardeo de cariño y ese interés personal que todos sentían por mí se "representaba" siempre que llegaba alguien nuevo. Tan solo meses después yo me encontré haciendo lo mismo que ellos, dando esa cordial bienvenida a toda persona que llegase nueva, hasta que estuviese bien integrada en el grupo. Una vez que comencé a ir a todas las reuniones, sin faltar a ninguna, y a estar mas y más interesada en "estudiar" la Biblia con ellos, fui dejando de ser tan interesante para ellos. Ellos ya sabían que yo ya estaba captada.

Al principio jamás te dicen lo mucho que tu vida ha de cambiar si te integras en el grupo. Yo tardé bastante tiempo en saber que todas mis amistades no Testigos ("mundanas", como ellos llaman a la gente) serían malas compañías para mí, puesto que no adoraban al Dios verdadero, Jehová, con lo que con el tiempo, y solo cuando ya estás convencida de que ellos tienen la única "verdad", las vas dejando de lado hasta no tener trato alguno con esas amistades de toda la vida, por el simple hecho de que no quieren ser Testigos, así se las consideran parte del mundo de Satanás. Eso incluía a mis padres, y a toda mi familia, pues siempre estuvieron opuestos a los Testigos, por lo que me enseñaron a verlos como a muertos vivientes, ya que ellos junto con todo el mundo, iban a ser destruidos por Dios muy pronto.

Pero nada de esto te dicen al principio. Con el tiempo supe que tendría que predicar por las calles y de casa en casa forzosamente cada mes, y presentar un informe muy detallado de las horas que había dedicado a esa importante obra de predicar, así como el número de revistas, libros, suscripciones y folletos que había vendido a las personas (ellos lo llaman "colocar"), el número de personas que había captado (revisitas), etc, etc... Eso era obligatorio cada mes, pues si no lo hacías se catalogaba de inactiva y eras considerada baja espiritualmente, o sea, una mala asociación que no valoraba la obra mas importante que Dios nos había comentado.

También supe con el tiempo que para ser Testigo debería apuntarme a lo que ellos llaman "La Escuela Teocrática", que no es más que un aprendizaje de técnicas de venta. El matricularte en esta "escuela" té obligaba a salir ante un auditorio, cada tres semanas aproximadamente, y prepararte muy bien un tema bíblico que ellos te daban por anticipado (Asignaciones y demostraciones). Decían que esto era una dádiva de Jehová y que deberíamos aceptarlo con regocijo. Aunque debido a mi timidez suponía un auténtico sufrimiento. La gran mayoría de personas lo pasaba fatal cuando les tocaba subir a la plataforma y desarrollar el tema que te habían asignado ante un auditorio lleno de personas. En mi caso iba de 90 a 100 personas. He visto lo mal que lo pasaba mucha gente por ello, especialmente personas mayores o de carácter muy tímido, nervios, vómitos, taquicardias, sudores... por el miedo o la vergüenza a hacerlo mal o a equivocarte delante de tantas personas.

Así pues, no se podía faltar jamás a estas tres reuniones semanales a no ser por un motivo verdaderamente importante, una enfermedad o un viaje muy justificado. Tampoco podíamos faltar a las tres Asambleas que se celebran al año. Donde nos teníamos que costear el alojamiento y la comida. Algunos Testigos han llegado a preferir que los echaran de los trabajos antes de perderse las Asambleas, pues si no acudías, una vez más te consideraban bajo espiritualmente y se te acusaba de no confiar plenamente en Dios. Por lo que sí los patronos no daban permiso en los días de Asamblea a sus empleados Testigos, ellos considerándolo como un deber cristiano, preferían ser despedidos.

La Organización incluso te incita a ello, alegando que si rechazas un trabajo para poder asistir a todas las reuniones semanales y Asambleas, Jehová te lo recompensará, con lo cual la gran mayoría de Testigos de Jehová busca trabajos de media jornada y si no los hay, en la mayoría de los casos prefieren estar en el paro antes de tener un trabajo que no les permita acudir a las reuniones.

En mi caso yo llegué a pedir a mi jefe el trabajo de media jornada pues aunque ganaba menos, el tener las tardes libres aseguraba mi asistencia a las reuniones y me daba tiempo para predicar de casa en casa cada tarde.

En una ocasión rechacé un buen trabajo porque el jefe no accedió a dejarme salir antes los días de reuniones.

Conforme el tiempo pasaba me iba enterando de todas estas cosas que irían cambiando mi vida más y más. No podía celebrar las Navidades, ni los Reyes, ni Año Nuevo, ni cumpleaños, ni santos, ni el día de la madre o del padre (que en mi caso causó mucha tristeza a mis padres, por ser yo hija única), todo esto se consideraban celebraciones paganas. No se podía fumar, ni ir a Pub’s o Discotecas, ni entrar jamás a una Iglesia, consideradas por ellos como templos de Satanás, ni para asistir a celebraciones de Comuniones o bautizos o bodas, ni para una misa de funeral, ni tan siquiera se podía brindar, pues chocar dos vasos era considerado pagano, todo esto hizo que evidentemente me distanciara mucho de mi familia.

Quizás lo peor de todo fue ser tan ingenua como lo fui yo en cuanto a mis estudios. Mis planes habían sido siempre los de estudiar una carrera universitaria, pero ante la sutileza con la que te aconseja la Organización que la mejor carrera hoy día es la de ser precursor (predicar unas 60, 90, ó 100 horas cada mes) porque el fin de este sistema de cosas (= mundo) está muy cercano, abandoné los estudios, con lo que siempre tuve dificultad para encontrar un buen trabajo.

Recuerdo muy bien como a los padres Testigos se los incitaba a no animar a sus hijos a emprender carreras universitarias, debido al malsano ambiente existente entre la juventud mundana, que podría ser una mala influencia para los jóvenes y limpios testigos.

Nunca olvidaré aquella ocasión en una Asamblea, en la que un anciano discursaba sobre este tema y recalcó con un tono de voz bastante subido que si algunos padres animaban a sus hijos a emprender carreras universitarias, alegando que en el pueblo de Jehová también son muy necesarios los médicos, o abogados, etc, etc..., que mejor les sería a esos padres predicarles a los médicos o abogados y demás personas con carreras de este mundo y así ganar su tiempo en atraer a estas personas hacia la verdad, y no dejar que sus hijos perdieran ese tiempo valioso en carreras mundanas que quizás no acabasen nunca porque el fin podría llegar antes.

Llegué a bautizarme en la Asamblea de Distrito del año 1987, y permanecí durante 11 años activa con la Organización. Durante todo ese tiempo vi muchas rencillas, desacuerdos, discusiones, envidias, peleas,... entre los miembros de la Organización que jamás había visto al principio. Algunas familias se odiaban entre sí, pero esto nunca lo ven las personas de afuera, o los nuevos que van llegando. Pues dicen que si alguien nuevo pierde el interés en la Organización debido a algo negativo que ve en algún testigo, la sangre de esta persona (cuando sea destruida por Jehová) caerá sobre el testigo que la hizo "tropezar". Por ello todos cuidábamos mucho de que las peleas internas no fuesen sabidas por nadie de fuera. Teníamos miedo de que Dios nos castigara por ello.

Después de 11 años decidí dejarlo todo al sentirme engañada, manipulada y explotada. Descubrí con pruebas que dentro de la Congregación existía el lesbianismo entre dos mujeres testigos que por mucho tiempo fueron mis amigas. Una de ellas me confesó lo profundamente enamorada que estaba de la otra. Lo más doloroso fue que las dos decidieron reducir su grupo de amistades íntimas, con lo que a mí me echaron literalmente de sus vidas, alegando que estaban muy felices las dos solas. Así que no se relacionan ampliamente con ninguna otra amiga. Aún hoy día he sabido que los miembros de la Congregación rumorean sobre la dudosa relación "amistosa" de estas dos "siervas de Jehová", pues la imagen que dan es demasiado descarada. Este tipo de relación está catalogada como sucia y repugnante por los Testigos es un gran pecado. Sin embargo los ancianos, no hacen nada por "curar" a sus propios súbditos, mientras condenan a toda la gente de fuera catalogando al mundo en general como inmoral y degradante.

Lo que acabó por desilusionarme del todo fue saber que uno de los ancianos más respetados, casado y con hijos pequeños, practicaba la homosexualidad desde que era un muchacho, esto lo hacía a escondidas engañando así no solo a su esposa, sino a toda la Congregación, ya que él como anciano, da discursos públicos constantemente condenando la vida tan sucia e inmoral que lleva el mundo, vanagloriándose así de lo limpio y puro que está el pueblo del Dios Verdadero Jehová, de adulterio, borracheras, homosexuales, etc, etc,... ¡Que contradicción!.

Yo conocí a uno de sus ex-amantes que fue quién me destapó todo el asunto.

Ninguno de los otros miembros de la Congregación que llevaban la delantera, ancianos también, se atrevieron a ir a los días, lugares y horas concretas donde me habían dicho que este anciano homosexual mantenía relaciones con un muchacho.

Comprobé que toda ella era cierta, el mismo anciano me lo afirmó en privado. Pero en vez de expulsar a este miembro de la Congregación, se me advirtió a mí de que dejara ese tema y no hablase del asunto con nadie, incluso se me amenazó con expulsarme a mí si continuaba afirmando que ese anciano practicaba la homosexualidad.

Finalmente decidí entregar una carta de renuncia, habiendo visto la hipocresía con la que verdaderamente funciona esta falsa Organización de Dios, los Testigos Cristianos de Jehová, unos manipuladores de vidas, que convierten a gentes de buena fe en esclavos, anulándoles la libertad y capacidad de razonar, destruyendo así mentes y almas.

Hoy se me niega hasta un saludo de todos los Testigos que fueron mis amigos por tantos años, puesto que les prohiben hablar o tener trato alguno con cualquiera que renuncie a la Organización o sea expulsado de ella.

Es triste ver como pasan por mi lado y me ignoran por completo, pero yo espero y espero, manteniendo la esperanza de que detrás de mí salgan otras personas y sean liberadas de esa esclavitud en la que viven, la misma en la que yo viví durante once años.


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