¿ES NECESARIO QUE PIDA PERDÓN LA ORGANIZACIÓN DE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ?



raíz del proceder reciente del Papa, pidiendo disculpas públicamente por los excesos de la Iglesia Católica y los hechos errados del pasado, me ha venido a la mente la curiosa paradoja de que, la mayoría de los grupos religiosos que ufanamente han utilizado este proceder, para destacar el derrotero erróneo y en muchos casos, criminal, que adoptó la Iglesia Católica en el pasado, no es exclusivo de este colectivo, sino que se extiende en la mayoría de grupos religiosos que se consideran la vanguardia de la defensa y proclamación de un evangelio solidario con nuestro prójimo; que lo que emborrona el pasado de unos, es el mismo proceder que emborrona el pasado de quien adopta una postura jactanciosa y crítica; que en todas partes «se cuecen habas», y que más de uno, debería mantener la boca cerrada, antes de cuestionar el proceder de los demás.

Por ejemplo: la organización de los testigos de Jehová, que por medio de revista oficial denominada La Atalaya, establece premisas que deben ser creídas por sus simpatizantes, sin rechistar. Ellos, tratan de hacer una clara distinción entre lo que hacen 'otras iglesias y lo que hacemos nosotros', y utilizan la historia de los demás, para mostrar la maldad de los grupos religiosos en contraste con ellos.

Cuando el Papa, hace unos años, comenzó a pedir disculpas públicamente al pueblo judío, a las víctimas de la Inquisición, etc. los testigos de Jehová [sus líderes] usaron este «portavoz» anónimo (La Atalaya del 1 de marzo de 1998, pág. 7) para apuntalar esta idea, preguntando:

«¿Es posible encontrar una forma de adoración que no esté contaminada con el derramamiento de sangre, la intolerancia asesina y otros crímenes por los que están pidiendo perdón las iglesias de la cristiandad? Sí. [. . .] Los datos históricos, que algunas religiones quisieran olvidar, nos ayudan a identificar, no solo a aquellos que Jesús calificó de "falsos profetas", sino también a los que han producido "fruto excelente". ¿Quiénes son estos? Le invitamos a hallar la respuesta personalmente examinando la Biblia con los testigos de Jehová. Averigüe quiénes, hoy en día, procuran de verdad guiarse por la Palabra de Dios en lugar de empeñarse en mantener una posición influyente en el mundo».

Con este planteamiento, aprovechaban el mea culpa de otros, para presentar una fachada limpia, sin mácula, de ellos mismos dicen tener ante la opinión pública y la historia. ¿Es posible encontrar una forma de adoración que no esté contaminada con el derramamiento de sangre? ¿Son los testigos de Jehová un grupo religioso que no está contaminado con derramamiento de sangre? ¿Qué ocurriría si examináramos la historia reciente de los testigos de Jehová? ¿Qué hay si examináramos las consecuencias de sus normas y enseñanzas, en los fieles seguidores que las aplicaron en sus vidas?

El caso es, que el Papa lleva años haciendo algo valioso particularmente en nuestra sociedad, donde ha llegado a ser muy difícil pedir perdón públicamente por algo. Es muy valioso que un líder de una iglesia mundial, se levante y diga: «Lo siento, lo sentimos». Él no fue personalmente responsable por la Inquisición, las Cruzadas, o por la complicidad católica con algunos aspectos del holocausto. Pero está reconociendo como representante de una institución, que ésta se excedió en sus atributos, en sus poderes.

Los que pertenecimos a los testigos de Jehová y abandonamos el grupo por causa de nuestra conciencia, tenemos la convicción que la organización de los testigos de Jehová [sus líderes] durante los 125 años de existencia, no solo se han excedido en esos atributos y poderes, sino que en multitud de ocasiones no han sido un fiel reflejo de Cristo, lo que ha provocado sufrimiento innecesario, muertes inútiles, sacrificios absurdos, y todo porque un grupo de "iluminados" se han autoproclamado «canal» de Dios, y han pretendido "entender" y "transmitir" la voluntad de Dios, lo que exige, lo que pretende, etc.

Sobre la implicación que han hecho del propio Dios, tenemos un ejemplo reciente que desarrolló La Atalaya del 1 de enero de 1999, pág. 17 al afirmar:

«Jehová nos habla hoy mediante las páginas de la Biblia, su Palabra inspirada, que Pedro asemejó a "una lámpara que resplandece en un lugar oscuro [...], en sus corazones" (2 Pedro 1:19). Cuando leemos la Biblia con atención nos ‘nutrimos con las palabras de la fe’ (1 Timoteo 4:6; Romanos 10:17). Además, en estos últimos días "el esclavo fiel y discreto" dispensa "alimento [espiritual] al tiempo apropiado", guía para aplicar los principios bíblicos y entender la profecía bíblica (Mateo 24:45-47). Es indispensable escuchar a Jehová por estos medios para tener una fe fuerte».

Así pues, sin ningún pudor ni recato, afirmaron una vez más, que Dios habla por medio de ellos en este tiempo. Por lógica, si cuando hablan, es Dios el que habla, cuando se equivocan, es Dios el que se equivoca. Ellos han querido dar la impresión de que Jehová mismo ha transmitido estos mensajes y exigen sumisión incondicional a sus enseñanzas proféticas, es decir, reclaman para sí autoridad divina.

Lo más grave de todo este asunto es que cuando se percibe el error y el entendimiento se cambia, o una de dos: o mintieron y no son «portavoces» de Dios, es decir, es mentira que Dios habla por este medio; o Dios se equivoca regularmente en sus pronósticos del futuro.

Este pecado de presuntuosidad lo llevan al extremo de profesar ser la única organización teocrática, y exclusiva agencia de Dios en la tierra,

Su historia es su peor enemigo. Sus reacciones ante el error que han ‘acunado’, su peor lastre. A pesar de haber provocado muertes, expectativas falsas, sacrificios inútiles, incluso daño físico y moral con sus enseñanzas, nunca han dicho: «Lo siento, lo sentimos».

 

MUERTES INÚTILES

"En tus faldas se han hallado las marcas de sangre de las almas de los inocentes pobres". (Jeremías 2:34.)

 

African Rights, una organización de los derechos humanos con sede en Londres, hizo este comentario: "Las iglesias deben responder, aún más que por su silencio, por la complicidad activa en el genocidio de algunos de sus sacerdotes, pastores y monjas".

Los testigos de Jehová han hecho suyas estas palabras. En sus publicaciones, utilizan el proceder erróneo de las iglesias de la cristiandad para echar en cara las miles o millones de muertes ocasionadas por la Inquisición, las Cruzadas, y los muchísimos «silencios» que las iglesias en general, han establecido como postura oficial, (entiéndase, los realizados durante el holocausto judío, y la connivencia mostrada con los gobiernos españoles, argentinos, chilenos, etc, cuando estos actuaban sin control contra el pueblo), y afirmar que dichas iglesias tienen contaminadas con sangre inocente, sus vestiduras.

Sin embargo, los Testigos como institución, no han quedado ajenos a este proceder erróneo, pues una de las grandes cargas que arrostran los Testigos desde hace 125 años, es las muertes de miles de adeptos que por diferentes motivos han perdido la vida como consecuencia de seguir una norma interna, que después se ha detectado errónea o mal entendida, y que posteriormente se han visto obligados a cambiar.

Me refiero específicamente a la prohibición de las transfusiones de sangre en 1945, que posteriormente en 1961 incorporaron a su particular Código Penal, y del que llevan unos años tratando de desprenderse, por lo infame que ha resultado en sus filas.

Hombres, mujeres y niños menores de edad han muerto como consecuencia de un "entendimiento" y una "interpretación" que en ningún momento ha permitido la opinión contraria, el mero discrepar.

Es cierto que los cristianos primitivos murieron por seguir ideales cristianos. Daniel P. Mannix escribió al respecto: "Muy pocos cristianos se retractaron, aunque se solía tener en la arena del estadio un altar con una llama encendida para facilitarles la ofrenda. Todo lo que el prisionero tenía que hacer era arrojar una pizca de incienso en él y se le daba un Certificado de Sacrificio, con lo que quedaba en libertad. Además, se le explicaba bien que no se trataba de un acto de culto al emperador, sino un reconocimiento de su naturaleza divina como cabeza del Estado romano. Aun así, casi ningún cristiano se valió de este medio para escapar del martirio". (Those About to Die [A punto de morir], página 137.)

Pero la muerte que han sufrido los testigos de Jehová no ha dependido de la decisión personal y autóctona de un principio bíblico. La muerte de los testigos de Jehová ha dependido de una decisión colegiada e institucional sobre determinada interpretación bíblica, decisión que ha ido cambiando con el paso del tiempo, al grado de que, en algunos casos, ya ni siquiera está en vigor en la actualidad. Tal decisión mientras estuvo en vigor, fue norma de ley, y por tanto el infractor de dicha decisión, era apartado del grupo por medio de lo que ellos denominan «expulsión».

De nada valen sus recientes afirmaciones sobre el proceder de cada Testigo, en La Atalaya del 15 de marzo de 1998, cuando dijeron: «Ahora bien, dado que tienen libre albedrío, cada uno de ellos ha decidido personalmente proclamar las buenas nuevas del Reino de Dios, permanecer neutral en la política, abstenerse de la sangre, evitar ciertos tipos de entretenimiento y vivir de acuerdo con las normas bíblicas. No se les imponen estas decisiones. Forman parte del modo de vida que algunos futuros Testigos eligen libremente antes de siquiera dar el paso de la dedicación cristiana».

Juan estaba diciendo que no deberían ni siquiera saludar a tal individuo mediante un común "buenos días".- La Atalaya del 15 de Julio de 1985, pág. 30, 31.

Esto es esencialmente mentira. Es decir, aunque nadie obliga a un Testigo a actuar como actúa, nadie le amenaza con un cuchillo o pistola para que ‘sea neutral en la política, abstenerse de la sangre, evitar ciertos tipos de entretenimiento y vivir de acuerdo con las normas bíblicas’, sí existe una presión de grupo y una amenaza para que el Testigo individual actúe de acuerdo con las premisas establecidas. De no actuar así, la persona se verá sometida a un juicio sumarísimo que lo puede apartar del resto de los miembros. Si es expulsado debido a una postura diferente, todos sus amigos, compañeros de trabajo, vecinos e incluso familiares, le evitarán, le dejarán de hablar, cortarán con él todo trato comercial, ni siquiera utilizarán una frase cortés común de "Hola" ó "Buenos días" cuando se encuentre con él. Para ellos esta persona "habrá muerto".

Pero si un cristiano […] rehúsa dejar de tener compañerismo con la persona expulsada […] hay que removerlo de la congregación, expulsarlo.- La Atalaya del 15 de Noviembre de 1981, pág. 18, 19.

Los compañeros, amigos y familiares que compartieron su fe y sus creencias, se verán obligados a apartarse de él, a evitar todo trato social con él, pues de otra manera, les ocurrirá lo mismo a ellos. De esta manera, crean una urna de protección contra aquella persona que permanece dentro de sus files, pues este, al no poder hablar con el «expulsado», no llega a enterarse de las verdaderas razones de su marcha.

Durante 40 años, han llevado a miles de personas a enfrentarse con la disyuntiva de aceptar sangre en transfusión como un tratamiento terapéutico, o en muchos casos, a morir. De nada valen las experiencias «milagrosas» de muchos que sobrevivieron; de nada, las declaraciones médicas de lo peligroso que resulta una transfusión de sangre; el caso es que miles han muerto, o bien directamente al negarse a una transfusión, o bien indirectamente, al demorar tratamientos y operaciones que le han llevado a morir.

A esto, añádale la creencia que impartieron en los años 30 y 40 del pasado siglo, de que las vacunas eran del Diablo, y la creencia en los años 60 al 80 de que los trasplantes eran canibalismo, y podrán comprobar porque decimos «miles».

¿Pueden decir los testigos de Jehová [sus líderes] que su forma de adoración no está contaminada con la sangre inocente de miles de personas? ¿Pedirán perdón algún día como institución por tales hechos?

 

EXPECTATIVAS FALSAS

La expectación pospuesta enferma el corazón, pero la cosa deseada es árbol de vida cuando sí viene. (Proverbios 13:12)

"El cumplimiento de un deseo que se ha esperado por mucho tiempo es fortalecedor y reconfortante, y renueva las energías", dicen las publicaciones de los testigos de Jehová, sin embargo dichas publicaciones están repletas de fracasos, pronósticos fallidos, y un sinfín de expectativas que duermen plácidamente en las bibliotecas de miles de hogares, que durante mucho tiempo se vieron embaucados por ellas.

"Estos hechos físicos son indiscutibles, y son suficientes para convencer a toda mente razonable, que desde 1799 nos encontramos en el tiempo del fin."- El Arpa de Dios, pág. 160.

Y es que en varias ocasiones, los testigos de Jehová se han enfrentado a nuevos entendimientos en lo que tiene que ver doctrinas bíblicas, y en dichos eventos, ni siquiera se ha considerado el efecto negativo que el entendimiento anterior o el nuevo, pueda generar en sus adeptos.

Los que han tenido oportunidad de conversar con hermanos o hermanas que vivieron la frustrante experiencia de 1975, ó el efecto devastador causado por el nuevo entendimiento en cuanto a la "generación de 1914", habrán podido observar las caras de desilusión que se les puso, y la poca delicadeza del Cuerpo Gobernante que lejos de pedir disculpas por su error, arremetía contra ellos por su falta de fe si abandonaban el grupo.

Recordemos que estos hermanos estaban literalmente contando los días y las horas, que les quedaba de vida a esa generación, para ver el surgimiento de ese nuevo mundo. Ni qué decir de aquellos hermanos, que por seguir lineamientos de la Sociedad hoy enfrentan la edad madura, y hasta la vejez sin haber tenido hijos, y por tanto, sin que exista realmente alguien que se preocupa por ellos; o tal vez, aquellos que renunciaron a una educación superior, y hoy deben sufrir miseria, o aguantar un trabajo mediocre, por el simple hecho que pensaron que no alcanzarían la edad actual en este sistema; o cuántos hermanos enfrentaron torturas y hasta desapariciones por la posición de estricta neutralidad, aunque hoy se permite lo que antes se prohibía.

La Atalaya del 15 de Noviembre de 1993, pág. 30, bajo el subtítulo "Cuando un anciano comete una equivocación" afirmó: "Es posible que un anciano se resista a reconocer un error porque tema que tal reconocimiento socave su autoridad en la congregación. Sin embargo, será más probable que pierda la credibilidad si intenta justificar, pasar por alto o minimizar su equivocación. El hermano maduro que se disculpa humildemente, quizá por alguna observación irreflexiva, se gana el respeto de los demás".

Aunque esta afirmación está destinada a los ancianos de congregación, ¿no deberían aplicarla a ellos mismos los hermanos con cargos de responsabilidad en la Organización? La falta de honestidad de parte de los dirigentes de los testigos de Jehová se resume muy bien, en La Atalaya del 1 de julio de 1979, pág. 29 y 30, donde, después de reconocer 'puntos de vista erróneos acerca del fin, [que han tenido] algunos siervos de Jehová' (sin reconocer expresamente que estos "algunos" eran la mayoría de los miembros del Cuerpo Gobernante que exponen sus interpretaciones bíblicas en libros, revistas y folletos), pretende sacar una lección extensible a todos los siervos de Dios, cuando dicen: "Esto ciertamente graba en nosotros el hecho de que es necesario pesar cuidadosamente todos los factores bíblicos y no dar énfasis a algunos hasta el punto de eclipsar otros." [p. 18.]

¿Quién tiene que grabar éste hecho en su mente? ¿Quién es el que tiene opción, dentro de los testigos de Jehová, para "pesar cuidadosamente todos los factores bíblicos y no dar énfasis a algunos hasta el punto de eclipsar otros"? ¿Quién no los 'pesó cuidadosamente' en su día? ¿Quién 'dio énfasis a algunos puntos hasta el grado de eclipsar otros'?

Por supuesto, no son los testigos de Jehová de base, que se limitan a seguir los dictados, instrucciones y normas que emanan de la membresía de su grupo. No son los testigos de Jehová que día a día, para aliviar sus sentimientos de culpabilidad que les infunden en las cinco reuniones semanales a las que asisten, cumplen literalmente con las palabras, 'prediquen, prediquen, prediquen al Rey y su Reino', visitando los hogares de todo el mundo para hablar de lo que les han 'programado'. No son los testigos de Jehová que con sus contribuciones, y con su trabajo gratuito, han levantado un Patrimonio mundial de bienes inmuebles en favor de una Sociedad norteamericana, valorado en miles y miles de millones de dólares, creyendo que lo están haciendo en favor de la 'obra' del Reino.

No, ¡son los miembros del llamado 'Cuerpo Gobernante' los que no pesaron cuidadosamente todos los factores bíblicos, los que dieron énfasis a algunos eclipsando otros! ¡Son los miembros del Cuerpo Gobernante los que 'especulan' sobre el tiempo del fin, los que alientan con frases muy meditadas esperanzas falsas, dando años específicos como 1914, 1925, la década de los 40, y 1975! ¡hasta teorizando sobre el tiempo que Adán estuvo sólo hasta que Jehová le trajo un ayudante, diciendo primera que era poco tiempo, después que era mucho, y más tarde, abandonando la idea! ¡Son la membresía de los testigos de Jehová los que especularon sobre la duración de una generación, los que explicaron la parábola de las ovejas y las cabras, y los que señalaron a los aviones, los viajes espaciales y los mísiles, como las señales en el cielo, los que dijeron que 'toda carne' mencionada en Mt 24:22, eran un cuadro profético de la 'grande muchedumbre', los que dijeron que desde 1914 en adelante, podíamos levantar las cabezas erguidos porque nuestra liberación se acercaba!

Ellos fueron, y ellos deben asumir su responsabilidad por haber especulado con la Biblia. Hay mucha sangre derramada con nombre y apellidos, muchos matrimonios rotos con nombres y apellidos, muchas familias divididas, muchas acciones lamentables que se han hecho contra disidentes de sus ideas que ya no tienen remedio, muchas frustraciones, mucho sentido de culpabilidad en miles de conciencias, a causa de este tipo de especulación e interpretación bíblica.

De nada les vale afirmar que el fin está cerca, pues estas palabras en boca de los testigos de Jehová no son mejores que los pronósticos de Rappel o de cualquier pitonisa de turno. Han perdido toda la credibilidad. ¿Reconocerán alguna vez el daño que han hecho y pedirán perdón?

 

SUFRIMIENTOS INNECESARIOS

Si ustedes murieron junto con Cristo para con las cosas elementales del mundo, ¿por qué, como si vivieran en el mundo, se sujetan aún a los decretos: "No toques, ni gustes, ni palpes", respecto a cosas que están destinadas, todas, a la destrucción por el uso, de acuerdo con los mandatos y enseñanzas de los hombres? Esas mismísimas cosas, en verdad, tienen una apariencia de sabiduría en una forma autoimpuesta de adoración y humildad [ficticia], un tratamiento severo del cuerpo; pero no son de valor alguno en combatir la satisfacción de la carne. (Colosenses 2:20-23)

 

«La extremada ‘mortificación’ de uno mismo es un engaño, y solo tiene "apariencia de sabiduría." No agrada a Dios ni sirve de modo alguno para lograr la felicidad», dicen las «publicaciones Watchtower», sin embargo dichas publicaciones están repletas de normas, reglas, precepto y leyes de obligado cumplimiento, que rodean al testigo de Jehová de un halo de santidad, al sentirse cumplidores de la voluntad de Dios, expresada en aquello de "No toques, no gustes, no palpes", hasta tal grado, que, cuando dejan el grupo por uno u otro motivo, se sienten desprotegidos, desnudos, acostumbrados a que otros le tracen el camino, y le digan lo que tienes que hacer y lo que no.

Esta ‘dependencia’ ha resultado siempre en lo que denunció el propio Jesucristo cuando dijo: «Atan cargas pesadas y las ponen sobre los hombros de los hombres, pero ellos mismos ni con el dedo quieren moverlas», (Mat. 23:3-4) es decir, en la creación de un Talmud privado que rige sus vidas, y que les hace creer que de esta manera, hacen méritos ante los ojos de Dios y tienen su aprobación.

Para desgracia de los propios fieles, son muchas las normas que se han implantado por unos años, que han provocado mucho daño a sus seguidores. Hacemos un breve resumen de ellas:

  • Servicio Civil Sustitutorio. Muchas personas pueden entender que los testigos de Jehová se hayan declarado "objetores de conciencia" y hayan rehusado aceptar como servicio al Estado el recibir entrenamiento militar como parte de su contribución a este, pero, ¿por qué rehusaron durante decenas de años realizar un servicio civil sustitutorio? Después de haber anulado esa norma de conducta de obligado cumplimiento a sus simpatizantes y miembros, muchas son las cábalas que podemos hacer; que si era sustitutorio y por tanto, es como si hicieran el militar; que si rompía la neutralidad cristiana, que simplemente fue una norma caprichosa de los dirigentes de la época de Knorr. El caso es que miles de jóvenes sufrieron las consecuencias: años perdidos en las cárceles, palizas, escarnio, y en el caso de muchos de ellos: muerte innecesaria. Ahora, cualquier testigo de Jehová, puede realizar un servicio civil sustitutorio, sin que ello le acarree la censura o expulsión de la Iglesia. ¿Cuándo se dignarán pedir perdón por las consecuencias de una norma no bíblica?

  • Estudios superiores. Durante muchos años desaconsejaron los estudios superiores o universitarios. En 1969 dijeron en la revista ¡Despertad! (22 de Agosto): «Si tú lector, eres persona joven, también tienes que enfrentarte al hecho de que nunca envejecerás en este presente sistema de cosas. ¿Por qué no? Porque toda la evidencia en cumplimiento de las profecías bíblicas indica que este sistema corrompido habrá de terminar en unos cuantos años. [...] Por lo tanto, como persona joven, nunca realizarás alguna carrera que ofrezca este sistema. Si estás en la secundaria y piensas en una educación universitaria, esto significa por lo menos cuatro, quizás hasta seis u ocho años más para que obtengas tu título de una carrera especializada. Pero, ¿dónde estará este sistema de cosas para ese tiempo? ¡Estará bien avanzado hacia su fin, si es que no habrá desaparecido en realidad? Es por eso que a los padres que basan su vida en la Palabra profética de Dios les es mucho más práctico dirigir a sus jóvenes a oficios que no requieran tan largos períodos de educación adicional. Y los oficios como carpintería, plomería y otros, no sólo serán útiles ahora, sino quizás aun más en la obra de reconstrucción que se efectuará en el nuevo orden de Dios». (pág. 15) Las consecuencias de esta doctrina, la están sufriendo miles de personas que, durante su juventud, por decisión de sus padres o de ellos mismos, abandonaron los estudios para dedicarse a la obra de «precursor». ¿Cuándo pedirán perdón por este error de cálculo sobre la inminencia del fin?

  • Votar en las elecciones. Aunque ahora pretender dar a entender que no, los testigos de Jehová, confundidos por la doctrina sobre la neutralidad que debieran tener en este mundo, creían que el mero hecho de ir a votar a unas elecciones, aunque fuera en blanco o anulando el voto, era pecado. Durante la II Guerra Mundial, y más recientemente en países como Camerún, Malawi, Birmania y otros, fueron perseguidos, apaleados e incluso muertos por negarse a acudir a las urnas y votar. Desde finales de 1999 esto ha cambiado. Con absoluto desparpajo, dijeron en La Atalaya del 1 de noviembre de 1999, pág. 28: «Parece ser que no hay ningún principio contra la práctica de votar en sí misma». ¿Cuándo pedirán perdón por haber discernido tan tarde este hecho?

  • Sentido de culpabilidad. Los grupos religiosos que prometen libertad si uno se une a ellos, por lo general encierran un sistema legalista de normas y reglas que son, las que mantienen al simpatizante, atrapado en sus redes. La norma es: «No gustes, no toques, no palpes» pues esto te purifica ante Dios. El adepto aprende a realizar determinadas acciones como predicar, reunirse, leer determinadas publicaciones, contribuir económicamente y realizar determinadas tareas, como provenientes de Dios, y si no las cumples o realizas a un determinado ritmo y con una determinada regularidad, Dios que todo lo ve, exigirá de ti cuentas. La persona que llega a creer esto, siente la responsabilidad de cumplir, de dar el máximo en todo momento, pero cuando no lo consigue, sufre en su interior, y tiene un sentido de culpabilidad. La depresión es la consecuencia más inmediata. ¿Cuándo pedirán perdón por el cúmulo de normas, leyes y reglas que han ido estableciendo a sus miembros, lo que ha ocasionado y sigue ocasionando cargas innecesarias, sentido de culpabilidad, depresiones y en algunos caso, muertes?

  • Casarse y tener hijos. Resulta paradójico que un grupo religioso que acusa a la Iglesia Católica e imponer el celibato a los hombres y mujeres que rigen sus destinos, durante muchos años, hayan desaconsejado a sus miembros el casarse, (el actual presidente de la Sociedad Watch Tower, Max Larson, reconoció en el relato de su biografía que: «durante mis primeros años en Betel los arreglos no permitían que uno se casara», algo que modificaron cuando Nathan H. Knorr decidió contraer matrimonio en 1956). Siempre han jugado con la basa de la inmediatez del fin. Como este es inminente, para qué casarse, para qué tener hijos, ya os casaréis y tendréis hijos en el nuevo sistema de cosas que está a la vuelta de la esquina. Esta política la comenzaron a propagar en el libro Hijos, escrito Joseph F. Rutherford, y dejó de repetirse en la década de los setenta. ¿Han pensado en el daño que han hecho a miles de familiar que ahora se ven impotentes de tener una familia normal por culpa de una interpretación tan sumamente injusta?

  • Sexo y familia. La intromisión de los testigos de Jehová ha sido muy profunda, especialmente cuando se han atrevido a opinar (recuerde que la opinión institucional de los Testigos no es opinión sino ley) sobre asuntos tan privados como es la relación sexual; si es correcta tal o cual práctica, si se debe expulsar o no a alguien que actúe de manera contraria, qué es o que no es «fornicación», cuándo queda uno libre para casarse, etc. Como en otros muchísimos temas, actuaciones drásticas que provocaban un comportamiento de gran trascendencia para la vida familiar, descansaban en opiniones cambiantes que en apenas unos años se modificaban. ¿Resultado? Matrimonios rotos, o en otros casos, personas que sufrían injustamente situaciones sin poder actuar en contra por miedo a recibir represalias de la congregación. ¿Cuándo pedirán perdón por el daño ocasionado con sus consejos y normas?

  • La expulsión. Han institucionalizado la figura de la expulsión. Curiosamente, esta figura no existía en las épocas de Russell y Rutherford salvo en ocasiones muy puntuales. En la actualidad para los testigos de Jehová, la expulsión es una figura latente que acompaña su vida. Cada año expulsan a 40.000 personas. No solo han institucionalizado esta figura, sino que la acompañan de multitud de normas de comportamiento para toda aquella persona que es expulsada, ya sea por parte de los que fueron compañeros o hermanos en la fe, como de la propia familia, a tal grado, que el ‘expulsado’ se convierte automáticamente en ‘enemigo’ del colectivo. Con esta figura, los testigos de Jehová violan los Derechos Humanos de sus propios adeptos, al someterlos a un sistema de "justicia privada", en donde las decisiones que pueden afectar la integridad emocional de una persona, se ponen en manos de un triunvirato de ancianos todopoderosos, que jamás han sido formados en materias judiciales, que coaccionan a las personas para el "logro de confesiones", o que intimidan testigos para alcanzar el veredicto deseado. Todo esto sin que se permita la presencia de un tercero garante, de un abogado, o de un Representante de los Comités de Derechos Humanos. ¿Cuándo pedirán perdón por el daño ocasionado a miles de personas con sus expulsiones?

El mismo mes que mi esposa y yo presentábamos una carta de renuncia a seguir siendo identificados como miembros de la confesión religiosa ‘testigos de Jehová’, ellos mismo publicaban un artículo con el sugerente tema: ¿Es necesario que nos disculpemos? Y entre las muchas cosas buenas que tenía aquél artículo, es de destacar los comentarios que reproduzco abajo. Si conoce a algún testigo de Jehová, le ruego le anime a leer el artículo y a escribir a la sucursal de su país, para preguntarles si es necesario pedir perdón como institución por los muchos errores, falsedades y sufrimientos innecesarios que han causado con dicho proceder.

 

*** w96 15/9 22-4 ¿Es necesario que nos disculpemos? ***


‘YO NUNCA me disculpo’, escribió George Bernard Shaw. ‘A lo hecho, pecho’, dicen algunos.

Es posible que nos resistamos a admitir un error por miedo a quedar mal; que nos justifiquemos pensando que el problema lo tiene la otra persona; o que planeemos pedir perdón, pero lo dejemos para más tarde y luego creamos que se ha olvidado todo.

Pero, ¿es imprescindible disculparse? ¿Soluciona algo?

El amor exige que nos disculpemos

El amor fraternal es el sello distintivo de los auténticos seguidores de Jesucristo, quien dijo: "En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre sí". (Juan 13:35.) Las Escrituras exhortan a los cristianos a ‘amarse unos a otros intensamente desde el corazón’. (1 Pedro 1:22.) Tal amor requiere que pidamos disculpas. ¿Por qué? Porque la imperfección humana siempre genera resentimiento, que, si no se subsana, inhibe el amor.

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El amor también implica tener presentes los sentimientos ajenos. Pedro nos aconseja compartir "sentimientos como compañeros". (1 Pedro 3:8.) Si tenemos tales sentimientos, es más probable que comprendamos cuánto dolor ocasionamos con un comentario o acto irreflexivo y que nos sintamos impulsados a pedir disculpas.

"Cíñanse con humildad mental"

Hasta en el caso de los ancianos cristianos se suscitan discusiones acaloradas. (Compárese con Hechos 15:37-39.) En tales ocasiones, las disculpas logran mucho bien. ¿De qué ayuda dispone el anciano, u otro cristiano, si le cuesta pedir perdón?

La clave es la humildad. El apóstol Pedro dio este consejo: "Cíñanse con humildad mental los unos para con los otros". (1 Pedro 5:5.) Es cierto que en la mayoría de las disputas ambos implicados comparten la culpa, pero el cristiano humilde se preocupa por sus propias deficiencias y está dispuesto a admitirlas. (Proverbios 6:1-5.)

Quien recibe las disculpas ha de aceptarlas con humildad. Para ilustrarlo, supongamos que dos hombres que se hallan en lo alto de dos montañas han de comunicarse. Hay demasiada distancia para hablar. Pero si uno de ellos desciende al valle y el otro lo imita, logran conversar con facilidad. Así mismo, si dos cristianos tienen que resolver sus diferencias, cada uno debe tener la humildad de bajar al encuentro del otro en el valle, por así decirlo, y presentar las excusas oportunas. (1 Pedro 5:6.)

Practique el arte de disculparse

Si aprendemos a disculparnos cuando sea necesario, es muy probable que los demás respondan bien y quizás hasta se disculpen ellos mismos. Si sospechamos que hemos ofendido a alguien, ¿por qué no adoptamos el hábito de pedir disculpas en vez de resistirnos a admitir los errores? Aunque el mundo opine que es un síntoma de debilidad, pedir perdón revela madurez cristiana. Por otra parte, no queremos ser como aquellos que reconocen un error pero restan importancia a su responsabilidad. Por ejemplo, ¿pedimos perdón sin sentirlo de verdad? Si llegamos tarde y presentamos muchas excusas, ¿nos resolvemos a mejorar en puntualidad?

Así pues, ¿es necesario que nos disculpemos? Sin lugar a dudas. Es una obligación que tenemos para con nosotros mismos y el prójimo. Las disculpas pueden aliviar el dolor que ocasiona la imperfección y reparar las relaciones maltrechas. Cada vez que pedimos perdón aprendemos a ser más humildes y más sensibles a los sentimientos ajenos. Esto redundará en que nuestros hermanos en la fe, nuestros cónyuges y otras personas nos consideren dignos de su afecto y confianza. Tendremos paz interior y la bendición de Jehová Dios.