Análisis de una Actitud.




eses atrás la prensa española se hacía eco de unas críticas aparecidas en la revista de los jesuitas Civiltá Cattolica en las que calificaba de "no cristianos" a los testigos de Jehová, aparte de atribuirles unos métodos y tácticas de corte sectario.

Los portavoces de la Sociedad Watchtower enviaron una réplica a distintos medios de comunicación, entre ellos, El Diario Vasco (3 de Agosto de 1999). No entro a valorar las afirmaciones de la fuente católica, pero la réplica firmada por Javier Garoña (idéntica a la aparecida en otros medios y debe entenderse como oficial), portavoz de los testigos de Jehová en Guipúzcoa, contiene afirmaciones basadas en la visión idílica de la realidad interna de la Organización de los testigos de Jehová, la que suelen verter hacia el exterior cada vez que sus representantes se pronuncian públicamente. Quienes hemos estado dentro, conocemos perfectamente el egocentrismo instalado a través de muchos años, tras una ininterrumpida labor de propio elogio, tendente a crear una imagen inmaculada de sí mismos, su comportamiento y su actividad. Hasta ahora ha resultado sumamente eficaz esa sorda tarea de continuo halago hacia todo el colectivo en general y hacia quienes dirigen en particular. Mucho ha tenido que ver en ello el éxito logrado en ocultar información de su historia, o la deformación de la misma, para presentarla de una manera distorsionada y más agradable de lo que en realidad ha sido. En ese sentido, algo por lo que deberían estar avergonzados lo han presentado logros extraordinarios, como hitos espirituales conseguidos.

Con el tiempo, la observación y el análisis de información de la propia Sociedad, a muchos nos ha resultado imposible seguir prestando nuestro apoyo a la Organización y, al mismo tiempo, conservar intacta nuestra conciencia y nuestra fidelidad a Dios. En la culminación de ese proceso (duro proceso) se encontraba Iñigo Alkain, quien no pudo menos que detectar la intoxicación hacia la opinión pública contenida en dicho comunicado y decidió expresar sus puntualizaciones basadas sin duda en la experiencia propia y en el sentido de justicia ante unas manifestaciones tergiversadoras de la realidad.

Ello debió irritar más de lo acostumbrado a los representantes de la Sociedad Watchtower que no tardaron en terciar (ahora se les permite hacerlo) en la polémica abierta. El portavoz a nivel nacional de los propios testigos de Jehová en España envió su réplica, publicada en El Diario Vasco el 13 de Agosto de 1999.

Fiel a su estilo solemne y a su temario preferido desgranó su argumentación basada principalmente en unas supuestas ansias por desprestigiar a los Testigos de Jehová. Dicho portavoz, por lo visto en ocasiones similares, no suele salirse un ápice de su guión. Interpreta a su antojo las motivaciones de los demás. Invariablemente atribuye resentimiento, afán de revancha, ansias por desprestigiar... No le caben en la cabeza otras motivaciones más nobles y honradas en quienes critican su organización. En todo caso, eso es lo que viene muchas veces escrito en la literatura de la Watchtower, de modo que la sentencia para todo disidente está echada previamente, y la atribución de los móviles ha sido bien diseñada de antemano por los jerifaltes de Brooklyn. Es cuestión de seguir el guión al pie de la letra. Lo extraño es que hasta personas como el Sr Matos (inteligente sin duda) también hayan sido absorbidos hasta esos extremos por el programa de adoctrinamiento de la Watchtower. Leyendo la "defensa" que hacen los responsables de la Organización, quienes hemos estado suficientemente tiempo dentro de la misma identificamos enseguida cada frase, cada idea con lo que se ha vertido en repetitivos artículos de La Atalaya y, en general, de las publicaciones de la Watchtower.

No están acostumbrados a opiniones contrarias a su doctrina de parte de miembros de su propia comunidad. Cuando esto sucede y, si además se expresa públicamente, no se tolera de ninguna de las maneras, siempre se atribuyen malos motivos, jamás harán un esfuerzo de comprensión. Nadie será capaz de apoyar y ni tan siquiera examinar con independencia un criterio que contradiga lo que desde la cúpula de la Organización se diga. No cabe tal posibilidad. Los representantes de la Watchtower que han intervenido en esta ocasión, una vez más, han estado en ese papel. Pocos argumentos sólidos (si se examinan cuidadosamente) en su defensa y sí suficiente imputación de ataque injustificado hacia la Organización por parte de quien constata la inconsistencia de sus enseñanzas.

En la raíz de la polémica está desde luego la esencia de un grupo sectario, que impide cualquier intento de ejercer autocrítica. El señor Garoña entiende que desde Civiltá Cattolica se les ataca injustamente en ese sentido cuando dice:

No sólo menos irónico resulta que nos acusen de enajenación de nuestra voluntad y de falta de sentido autocrítico aquellos que, por ejemplo, bautizan infantes (práctica antibíblica)... Además, nuestro carácter de evangelizadores (se nos conoce por nuestras visitas domiciliarias), nos permiten debatir y contrastar nuestras creencias con todo tipo de personas, algo sumamente enriquecedor. (El Diario Vasco del 3 de Agosto de 1999).

El estilo de ese párrafo es inconfundible y responde a la "uniformidad" hasta en las formas de expresión, fruto de un adoctrinamiento constante y feroz. Bien podría tratarse de cualquier párrafo de Atalaya. En cuanto al contenido es absolutamente ficticio, totalmente reñido con la realidad. Sí que podrían enriquecerse, si alguna vez ensayaran lo que significa escuchar a otros y estuvieran dispuestos a contrastar sus creencias. "Se nos conoce por...". Es la expresión de la autocomplacencia, infinitamente repetida en las páginas de su literatura y que los voceros de la Watchtower no dejan de prodigar con esclavizante literalidad cada vez que aparecen en público. Normalmente esa expresión va seguida de elogios hacia ellos mismos o su obra. Pues bien, los Testigos de Jehová "son conocidos por" haber predicho el fin del mundo en infinitas ocasiones (y, por supuesto, haber fallado), así como por su actitud irracional a negarse a tratamiento con sangre cuando los profesionales de la medicina lo aconsejan. También son conocidos por la impertinencia de sus visitas domiciliarias con su literatura y su pobre, rancio y caduco mensaje. No se paran en miramientos en cuanto a inoportunidad y molestia a sus convecinos. Su "mensaje de salvación" lo justifica todo. Ponerse en el lugar del prójimo no es precisamente su fuerte.

Pero hay algo por lo que aún no son suficientemente conocidos, algo grave que ha causado infinito sufrimiento a miles de personas. Me refiero al trato inhumano que dispensan a quienes, después de haber estado por un tiempo más o menos prolongado dentro de la Organización, advierten la falsedad de muchas de sus doctrinas y se sienten impulsados a expresarlo libremente. Llevaba razón Iñigo Alkain al decir:

"Desafortunadamente los hechos nos han demostrado que la sociedad (la Watchtower) considera que la libertad de expresión es un tesoro solo en el caso en el que se nos prohiba predicar, pero, en su concepto, no es algo que valga la pena defender en el interior de nuestra organización, pues existen mecanismos facilistas como el de la expulsión para tratar con quienes se atreven a efectuar preguntas difíciles".

La réplica del 13 de Agosto por parte del Aníbal Matos carece absolutamente de veracidad. Hay que decir al representante de la Watchtower que esa declaración es una verdad plena, no es una verdad a medias, está dicha por alguien que "conoce la naturaleza de esta comunidad religiosa" y, al responder a la realidad, no es una "declaración que distorsione maliciosamente la realidad", sino que muy al contrario la refleja en toda su crudeza. Esa es la situación "real", no la realidad "idealizada" que el programa de adoctrinamiento ha puesto en la mente de la inmensa mayoría de los testigos. Es tan real que la práctica totalidad de quienes tenemos objeciones de conciencia hacia las doctrinas de la Watchtower la hemos experimentado en propias carnes.

El portavoz de la Watchtower en España añade en su réplica:

No obstante, puede que alguien deje de compartir esas creencias o las normas morales básicas que definen a los testigos de Jehová. En tal caso, tal persona dejaría de identificarse con dicha confesión ¿No ocurre lo mismo prácticamente con todo otro grupo, partido político o asociación? ¿Qué sentido tiene que quiera seguir siendo Testigo de Jehova la persona que libremente cambia de criterio y opta por rechazar aquello que lo convierte en miembro de la confesión?

Aquí sí que hay verdades a medias y clamorosas omisiones. Desde luego no pierde ocasión para hacer alusión a lo de "las normas morales básicas" (está fielmente reflejado en el programa de imputaciones) que automáticamente conectan con los motivos que mueven las palabras y las acciones de los disidentes. Nos negamos rotundamente a admitir haber dejado a un lado ninguna norma moral básica. Al contrario, por negarnos a algo tan básico moralmente como llevar mentira doctrinal a otros, es por lo que expresamos nuestra disconformidad. El apego a la verdad, no a una verdad relativizada y cambiante, eso es una "norma moral básica". El dar vueltas y más vueltas a los asuntos, revistiéndolos de lenguaje torcido, manipulador y exculpatorio de sus errores es sencilla y llanamente mentir.

A los representantes de la Watchtower les propondría algo muy sencillo. Se trata de examinar el asunto de "la generación que no pasará" como ejemplo típico de la instrumentación de una doctrina para mantener a la gente en expectativa y la transformación de la misma cuando se evidencia su fracaso, exculpando a los promotores de la misma. Que retrocedan unos treinta años (muchos de ellos generalmente ya estaban en la Organización). Que examinen las declaraciones hechas a lo largo de ese tiempo en las publicaciones. Que se autoexaminen y consideren posiblemente sus propias declaraciones en discursos a las congregaciones y en asambleas multitudinarias, declaraciones y afirmaciones dirigidas a miles de personas. Que examinen lo que dicen ahora las publicaciones y lo que ellos mismos enseñan sobre el tema actualmente. Les pediría que laven la mente, abran la Biblia con sinceridad y consideren lo que dice Mateo 24: 34 y su contexto comparándolo con la enseñanza actual. Ese mismo ejercicio pueden hacerlo con respecto a otras doctrinas. Lo hemos vivido y lo hemos presenciado. Hemos constatado la falta de ética al dar la vuelta al razonamiento y nos resulta repugnante.

El ejercicio dialéctico que utilizan para la justificación de sus fracasos doctrinales, lo emplean igualmente para disimular sus prácticas de presión hacia sus miembros para que rechacen a todo el que por una u otra razón deja de pertenecer a la secta. Cuando se presentan ante los medios de comunicación echan mano de su retórica más amable, ignorando por completo las instrucciones precisas que determinan el comportamiento de los testigos para con quienes han sido sus "hermanos". ¡Con cuánta naturalidad dicen lo de "cambiar libremente de criterio" en su expresión ante la opinión pública!. Y ¿Dónde están aquellas ideas que encierran "rebeldía", "terquedad", "obstinación" y hasta "apostasía" tan prolíficamente atribuidas en la producción literaria de la Watchtower a quienes "cambian de opinión"? ¡Qué distinto lenguaje en los medios de comunicación y en los medios de consumo para los testigos!

El Sr. Matos pasa por alto el hecho de que, normalmente, en la mayoría de de los grupos y partidos políticos, entidades a las que él alude, hay bastante oportunidad para exponer ideas a debate. Estas se escuchan, se aceptan o se rechazan. Incluso es habitual corrientes internas de pensamiento. Entienden que todos son miembros y tienen algo que decir. La Congregación supuestamente cristiana que los Testigos de Jehová defienden no acoge a todos por igual, con los mismos derechos de expresión y defensa de doctrina bíblica, como (potencialmente) corresponde a todo cristiano. Así quedó registrado en el funcionamiento de las congregaciones en el primer siglo. Desgraciadamente esa es una organización propiedad, no de Dios, sino del nebuloso "esclavo fiel y discreto", encarnado en el cuerpo gobernante de los Testigos de Jehová. Todo se ventila dentro de un núcleo reducido de personas que se han atribuido la exclusividad de la interpretación de la Biblia. Unicamente ellos tienen palabra en asunto de doctrina. Al estar la comunidad de creyentes sujeta a unas corporaciones jurídicas, los apoderados de dichas corporaciones son los auténticos amos. Eso, a pesar de que el nombre de Jehová, desgraciadamente, aparezca intencionadamente involucrado como supuesto responsable. Abusan del nombre de Dios continuamente, al que atribuyen prácticamente todo lo que hacen, cualquier proyecto que emprenden. Al grado de que han conseguido que los testigos confundan la voluntad de Dios con la de la propia Organización. Adicionalmente la introducción de un lenguaje de tipo dogmático como: llevo tantos o cuantos años en "la verdad", los que han dejado "la verdad" y expresiones similares, tan reiteradamente invocado, contribuye a confundir la "verdad absoluta" con la Organización Watchtower, siendo un medio muy eficaz en la creación y mantenimiento de esa esclavitud a la Organización.

Lo suyo sí que es hablar verdades a medias. ¿Cuándo es aceptado un comentario discrepante de lo que dice La Atalaya, por ejemplo? Y ¡Qué fácil pintan la salida! En cualquiera de esas organizaciones que genéricamente cita, un disidente puede abandonar y, no por ello, le privan de sus amigos o de sus familiares. No compartirán sus ideas, pero tampoco tratarán de enterrarlo en vida. Ciertamente los representantes de la Watchtower no reflejan la realidad tal como es. Hay muchas cosas vinculadas al abandono de la secta que causan mucho dolor y no se dicen. Salir con la cabeza alta de los testigos de Jehová es absolutamente imposible. El camino está sembrado de dolor y penalidad por las imputaciones prefabricadas y por las normas y leyes a aplicar. Esa es la razón por la que muchos aún no han dado el paso definitivo de abandonar la organización. Es muy duro destrozar una familia. Para la Organización eso carece de importancia tanto cuando se entra como, sobre todo, cuando se sale. Esa es la auténtica realidad, señores. Los responsables que, en la posición que les corresponde dentro de la pirámide, deberían hacer mucho más por defender la pureza de la doctrina y la honorabilidad de compañeros cristianos, desgraciadamente se inhíben y vienen sistemáticamente en defensa de lo indefendible. En ese ejercicio de obediencia ciega a la maquinaria organizativa se han destrozado miles de vidas de personas honradas. En esa malentendida lealtad reside mucha falta de amor auténtico a los hermanos cuando la ocasión se presenta.

Los testigos están adoctrinados a fondo para rechazar toda idea de discrepancia con el sacrosanto "esclavo fiel y discreto". Expresiones como "¡cuidado con los apóstatas!", "eso son cosas de los apóstatas"... "los apóstatas... los apóstatas.." son de uso y consumo cotidiano entre ellos. Es algo así como "la peste... la peste". Pero ¿Quiénes son esos apóstatas? Quizá haya que empezar haciéndose otra pregunta ¿Quiénes son los testigos de Jehova? O mejor aún, examinar un supuesto caso de "apóstata", para entender todo el proceso y la diferencia de trato en las distintas fases de la vida de esa persona.

Un católico, por ejemplo, tal vez un celoso católico o tal vez no, debido a sus "diferencias" con la Iglesia, conoce a los testigos décadas atrás. Hay cosas que le convencen y otras que no, pero poco a poco, casi sin advertirlo, encuentra amigos y termina por aceptar gran parte o todas las doctrinas de los testigos. En muchos casos encuentran el centro de su vida en esa organización, la salida a sus inquietudes espirituales. Como mínimo, entiende que se trata de la organización religiosa menos equivocada. De manera que, en caso de dudas, ¿a qué otro sitio puede acudir?

A partir de ese momento en que "se hace testigo" empieza a criticar las doctrinas de su Iglesia: el papado, la trinidad, el bautismo de infantes... A su familia no le gusta mucho el que se "haya metido en la secta", tampoco a sus amigos, pero generalmente todos terminan por respetar su decisión. En ningún caso esas personas tienen normas de la Iglesia para que le nieguen el pan y la sal. Aún así, a unos y otros va poniendo a distancia. Hace prácticamente incompatible el trato de los de su círculo social anterior con sus nuevos allegados, "sus hermanos en la fe". Es muy posible incluso que, si lleva mucho tiempo en "la verdad", haya escrito una carta de renuncia a la Iglesia a su párroco, siguiendo los directrices de entonces de la Organización. ¡Qué feliz se siente "desenmascarando" las doctrinas falsas de su religión anterior y criticando a sus líderes! ¡Con qué entusiasmo comenta los párrafos en los que se "desenmascara" al clero hipócrita de la cristiandad, así como las prácticas "mundanas" de los cumpleaños que celebra la gente engañada!

Pues bien, si esa persona, por haber renunciado y criticado sus "creencias" y su Iglesia, hubiera recibido por parte de sus familiares y sus amigos anteriores católicos el trato que habitualmente se dispensa a quienes se atreven a discrepar con la Watchtower, hubiéramos tenido un drama de proporciones gigantescas en la sociedad, incluyendo familia, amigos, trabajo... todos los ámbitos posibles de relación humana. La Watchtower, lógicamente habría criticado (con razón) semejante inhumanidad hacia personas que siguen su conciencia, cambian de creencias y las exponen con entera libertad. Incluso casos extremos en los que han sido mal recibidos en alguna localidad, los airean en sus publicaciones como ejemplos de persecución y mal comportamiento, atribuyendo generalmente la responsabilidad a los líderes religiosos de esa localidad. Son casos que exponen como ejemplos de intolerancia religiosa.

Ahora resulta que, con el tiempo, nuestro supuesto testigo ex católico, que ha vivido el proceso sufrido por enseñanzas que supuestamente formaban parte de esa "verdad" monolítica e inmutable, que ha quedado frustrado porque nada de lo que tenía que haber ocurrido ha tenido lugar, que fue honrado cuando cambió de religión y ahora quiere también ser coherente, se para necesariamente a hacer su examen particular de la situación, porque le resulta difícil "tragar" tanto. Además ha "investigado" algo en el pasado de la Organización y llega un momento en que "ve" las cosas claras, cómo la historia invariablemente se repite.

Aparentemente está en la misma situación en la que se encontraba cuando decidió abandonar su Iglesia de toda la vida. Sin embargo no es así, lo sabe muy bien. Cuando dejó la Iglesia, nadie le negó la amistad, el saludo y menos aún le giró la cara en obediencia a las pautas dictadas por la Iglesia. Ahora puede que tenga esposa o esposo con el que no haya compartido ese proceso interior, porque hay cosas "sensibles" a la hora de comunicarlas. Por supuesto no lo ha podido compartir con otros compañeros de creencia debido a que difícilmente lo van a "interpretar" bien. Posiblemente tenga hijos nacidos en la supuesta "verdad". Pues bien ¿Dónde está el problema? Según las recientes declaraciones de los responsables y portavoces de la Watchtower no parece que exista tal problema. Si ya no comparte las mismas creencias ¿qué sentido tiene seguir dentro? Aparentemente todo es muy simple y muy sencillo.

Para los testigos de Jehová que lean estas líneas dejo la respuesta sincera. Entienden perfectamente la situación. Yo tengo mi respuesta como la tienen muchos otros. Ha de ser la sinceridad de cada cual quien la suministre y la contraste con las declaraciones hechas por los portavoces de la Sociedad a los medios de comunicación. Avanzaré, sin embargo, un poco más la historia imaginaria de este supuesto testigo ex católico.

Esta persona, hasta ahora absolutamente honorable, "rumía" días y noches su situación y, finalmente decide abandonar su compromiso con la Watchtower (alguien dirá que el compromiso es con Dios y así debiera considerarse). Lo hace por fidelidad a Dios, por seguir el dictado de su conciencia y por ser consecuente consigo mismo. Además, tiene todo el derecho para hablar, dice que él no cree que Jesucristo viniera en 1914 (porque lo que realmente predijeron tiempo atrás para 1914 fue el fin del mundo), que lo del "esclavo fiel y discreto" (con sus connotaciones exclusivistas) no tiene base bíblica... De paso, conoce cómo ha actuado la Organización en tiempo pasado con respecto a fechas y doctrinas, cosas ocultadas a los testigos sistemáticamente. Es decir, con todos esos nuevos elementos no hace otra cosa que lo que hizo cuando abandonó la Iglesia Católoca, criticando al clero y las doctrinas de dicha Iglesia. Pero ¡qué diferencia en el trato! Aquí entra la Organización de lleno con sus normas, con su dureza, con su venganza. No son los individuos los que puedan actuar a título personal, sino el peso de la normativa que obliga y arrastra a todos... ¡apóstata, apóstata... está infectado espiritualmente, hay que evitarlo! Quien se relacione con él también será apóstata, compartirá sus hechos inicuos, ya que es un "malhechor" (así lo catalogan en el libro "organizados"). Todo está escrito, minuciosamente detallado en las publicaciones y grabado en la mente de todo testigo a través del tiempo que permanece dentro de la Organización. Pero no sale a relucir en los medios de comunicación de esa manera.

Como es de suponer, esa manera de comportarse se reviste de un lenguaje justificatorio y que da a entender que tiene base bíblica. Veamos algo reciente. La Atalaya del 15 de Octubre de 1.999 desarrolla el tema Podemos ganar a nuestro hermano. Analiza los pasos que deben darse cuando hay ofensas a fin de zanjar los problemas. Básicamente el artículo aborda Mateo 18:15, haciendo referencias a otros pasajes como es el caso de la parábola del hijo pródigo.

El párrafo 20 en la página 22 dice en parte:

...En tales casos, la instrucción de Jesús es clara: "Sea para ti exactamente como hombre de las naciones y como recaudador de impuestos". El Señor no recomendó que seamos inhumanos ni que tengamos deseo de hacer daño...

Dicen bien. El Señor no recomendó que seamos inhumanos ni que tengamos deseo de hacer daño. Así debería de ser. Los recaudadores de impuestos no tenían buena prensa en los tiempos de Jesús, pero tenían su lugar en la sociedad de su día. Formaban parte de la sociedad y cumplían su función. El mismo Jesús comía con ellos.

No obstante ese reconocimiento, el párrafo 21 en la misma página contiene esta frase:

Por supuesto, esperamos que todo el que peque, no se arrepienta y tenga que ser excluido de la congregación, sienta esa pérdida -tanto de la aprobación de Dios como del compañerismo afectuoso y del contacto social de los cristianos leales- y entonces recobre el juicio.

Lo que eso encierra lo conocen bien, quienes han caido en desgracia de la organización. Llega hasta el trato familiar. Aunque el artículo de esa Atalaya trata el tema amplio de las ofensas y pecados, la exclusión del "contacto social de los cristianos leales" es especialmente dura con los que disienten de las doctrinas de la Organización y no lo ocultan. Sería largo hablar sobre la hipocresía que supone mantener "para uno" las discrepancias a fin de evitar sus consecuencias. Hay muchos que han optado por esa decisión, en parte, porque en diversos escritos de la Sociedad se aconseja de una u otra manera a "esperar" aclaraciones, lo que no deja de ser una actitud absolutamente farisaica. ¡Oh, si se destapara la olla...! ¡Cuánta carroña y podredumbre espiritual saldría a la luz!

Ahí está el meollo de la cuestión, en privar... "del contacto social de los cristianos leales" a quien deja de pertenecer a la organización. Quien no actúe de esa manera no es "cristiano leal". Esa es la arenga repetida vez tras vez en esos o similares términos. Voluntaria o involuntariamente, los propios testigos serán garantes de que nadie se extralimite en ese aspecto. Todos se sentirán "vigilados" por los demás en la observancia de esa norma. Pero resulta que en eso hay envueltos lazos de amistad y de familia. Pues hay que pasarlos por alto, con lo que uno se da cuenta que tenía amigos "condicionales" y "dependientes", no de su propia decisión, sino del capricho de una Organización manipuladora y dañina, la Watchtower.

Resulta paradójica la expresión "estar en la verdad" cuando todo lo que se ha comprobado de las "profecías", "fechas" y acontecimientos a los que la Watchtower ha dado extensa publicidad ha resultado falso y cuando sus portavoces se dedican sistemáticamente a mentir ante los medios de comunicación. Si resulta que implícitamente (al pretender convencer de que ellos no obran así) reconocen que es algo censurable el destruir la familia por diferencias de creencias religiosas, ¿Por qué se comportan de una manera que tiende a cortar la comunicación habitual con quien ya no comparte esas creencias? ¿Por qué no censuran a quien se comporta de esa manera tan desamorada dentro de la familia así como fuera de ella? La fuente de ese comportamiento es la doctrina de la Watchtower sobre el trato a los desasociados y a los expulsados. La Organización es la responsable.

Aparte de lo escrito y físicamente constatable, lo han enfatizado en el programa de las visitas de los superintendentes de circuito a las congregaciones. Aún recuerdo cómo se expresaba uno de ellos. Refiriéndose al desafío que representa en ocasiones el ser "íntegro para con Jehová" en los casos en los que hay de por medio la expulsión de un familiar tan allegado como un hermano carnal, un padre o un hijo casado, dijo más o menos literalmente: "La paella de los domingos con esa persona hay que olvidarla". Ante expresiones como esa ¿A quién corresponde la responsabilidad? Si es la manera apropiada de comportarse ¿Por qué no la defienden con "sus argumentos bíblicos" ante los medios de comunicación? Y si no lo es, ¿por qué lo han enfatizado tanto? ¿Por qué, en lugar de echar la culpa a quien los abandona y se queja del trato que a partir de ese momento recibe por no compartir ya sus doctrinas, no emprenden una campaña para cambiar semejante actitud hostil entre sus miembros?

Me da la impresión de que esa nueva oportunidad, la poder salir en los medios de comunicación en defensa de sus posiciones doctrinales y de procedimiento cuando otros las ponen en tela de juicio, la pueden estar utilizando a fondo para confundir a la opinión pública, apoyados como siempre en su "estrategia teocrática" que no es otra cosa que ocultar lo fundamental.

La doctrina de "rechazo" a los disidentes por parte de los miembros de la organización, incluso de los familiares, existe. No es rechazo de quienes estamos fuera hacia nuestros familiares de dentro, cuyas creencias seguimos respetando, aunque no compartiendo. Es rechazo de ellos hacia nosotros. La Sociedad Watchtower se basa en unos textos bíblicos para obrar de esa manera. En el caso de los expulsados se citan dichos textos y se invita a la congregación a cortar toda comunicación con las personas afectadas. Para los desasociados la norma es idéntica, aunque no se oficialice desde la plataforma. Entonces, ¿Por qué la estrategia es echar la culpa a quienes abandona la Organización, tratando de imputarles el deterioro en las relaciones familiares? ¿No sería más honrado, para tal actitud, hacer ante los medios de comunicación la misma defensa que se hace ante la propia congregación? Si cuando la persona de nuestro ejemplo era libre para criticar sus creencias anteriores ¿Por qué ahora se le exige que tenga la boca callada?

Una actitud o un comportamiento cruel como ese carece, por supuesto de base bíblica, no es ninguna "medida amorosa" que haga recapacitar al "malhechor", entre otras cosas porque no existe tal "malhechor". Eso, en todo caso, lo habría de determinar un juez debidamente reconocido por la sociedad civil, no un comité de tres representantes de la Watchtower que humillan a quien se somete a su incompetencia. De todos modos, de haber conducta no apropiada para un cristiano, hay pautas bíblicas que cada persona individual y libremente puede adoptar hacia esa persona. Pero nunca estará justificada esa visión extremista de quienes con esa actitud de rechazo institucionalizado, lo único que se consigue es daño para la persona, así como para sus familiares que desean seguir dentro de la Organización. Lo demás es ser esclavos de la letra. La Watchtower es un ejemplo de esa esclavitud obcecada. Paralelamente lo es también de falta de reconocimiento de sus errores. Siendo eso así, recobrar el criterio propio y recapacitar es una asignatura que la inmensa mayoría de los testigos de Jehová aún tienen pendiente. (Contribuido)