Cartas de Hijo Pródigo



...sobre la cuestión de la Soberanía.



Querido José Antonio XXXXXX:

He decidido escribirte esta carta en un momento muy importante de mi vida, ya que las decisiones que tome en este próximo mes pueden determinar el cauce del resto de mi vida. Se que quizá leas esta carta con recelo en vista de la situación en la que me hallo en estos momentos, pero te ruego por favor que termines de leerla, y puede que comprendas lo importante que es para mí que lo hagas.

Quizá te reconforte saber que hace un mes ya envié mi primera carta al cuerpo de ancianos de mi congregación para solicitar mi restablecimiento, aunque los ancianos opinaron que era demasiado pronto (4 meses); con esto espero que veas cuales son mis intenciones y mi actitud positiva en cuanto a volver a la organización.

No obstante, se me han planteado una serie de cuestiones y preguntas que jamás se me habían ocurrido, y ahora mismo me encuentro bastante asustado, ya que no he hallado en las publicaciones de la sociedad respuestas, y ni si quiera en la misma lógica. La razón que me lleva a escribirte no es principalmente que me ayudes a encontrar respuestas, pues ese tipo de ayuda se supone que la recibiría en cuanto fuera restablecido. Pero ponte en mi lugar un momento. Son cuestiones tan importantes para mí, que de no recibir respuesta lógica y convincente una vez restablecido, harían que dudara seriamente de que los testigos de Jehová poseen la verdad sobre Dios, y eso convertiría mi vuelta en un despropósito total. Por tanto comprende que es importante para mi resolver tales dudas antes. Ya sé que para ti esto puede parecer chocante, ya que estás convencido de que lo que tienes es la verdad. Yo de momento quiero creer que es así y que Jehová va a guiarme en mi búsqueda de respuestas. Ojalá sea así. Puedes estar seguro que sigo teniendo conciencia de mi necesidad espiritual, que creo firmemente en la existencia del creador y que confío en que Él ayuda a quien desea encontrarlo.

No pienses que mis dudas pudieran ser resultado de influencia apóstata. Te puedo decir que he leído artículos varios de estos señores, buscando con todas mis fuerzas alguna "verdad" que hiciera que mi pena por estar fuera de la organización se convirtiera en alegría por encontrarme fuera de algún engaño. Pero no ha sido así. Más bien, tal actitud inquisidora me ha llevado a profundizar como nunca en las cuestiones más básicas de mis creencias y de las doctrinas de los Testigos de Jehová. Por lo tanto, las siguientes cuestiones son fruto de mi meditación, sola y exclusivamente.

Una de mis dudas se remonta al mismo principio de la historia bíblica, y tiene que ver directamente con la cuestión universal de la soberanía de Dios. Satanás puso en tela de juicio lo bueno de la gobernación de Dios y afirmó que al ser humano le iría mejor en independencia de su creador. Jehová, en su justicia, decide dar la oportunidad a la humanidad de demostrarse a sí mismos si eso era cierto. Hasta ahí me parece todo justo y lógico, pero no entiendo lo que hace a continuación, y que bien resume el texto que se consideró en el estudio de la Atalaya del 1 de septiembre de 2003, pag. 10, que es Romanos 8:20-22 "20 Porque la creación fue sujetada a futilidad, no de su propia voluntad, sino por aquel que la sujetó, sobre la base de la esperanza 21 de que la creación misma también será libertada de la esclavitud a la corrupción y tendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios. 22 Porque sabemos que toda la creación sigue gimiendo juntamente y estando en dolor juntamente hasta ahora".

De repente, Dios quita la perfección a Adán y Eva, cosa que van notando paulatinamente, y tal imperfección se va transmitiendo al resto de sus hijos, hasta nuestros días. Y yo me pregunto: ¿actuó con justicia Jehová al darnos la oportunidad de gobernarnos en independencia de Él, pero limitando de esa manera tan grave nuestra capacidad? ¿No seria como el hijo que pide a su padre conducir el coche, y el padre acepta, pero le quita el volante? A mi entender, tal cuestión solo podría solventarse en las condiciones óptimas del ser humano, que fue en la condición que estaban Adán y Eva cuando decidieron independizarse de Dios y decidir por ellos mismos lo bueno y lo malo. Si limitas a un ser humano a una vida ridícula de 70 u 80 años y encima mermas sus capacidades físicas y mentales al mínimo, es normal que Jeremías llegue a la conclusión de que no servimos ni para dirigir nuestros pasos al andar, e igualmente sería muy osado usar el historial herrado de gobernación humana como argumento o prueba de lo inútil de la gobernación humana, ¿no crees?

Esta es una de las dudas. La siguiente tiene mucho que ver con otra de las cuestiones lanzadas por Satanás, pero algunos cientos de años mas tarde. Job es observado y acusado ante Dios de servirle por conveniencia. Finalmente se prueba su fidelidad ante todo tipo de crueldades provenientes de Satanás. Después, un ser humano perfecto, Jesucristo, podríamos decir que deja zanjada la cuestión de que, sean perfectos o imperfectos, los humanos son capaces de mantenerse fieles a Dios, incluso hasta la muerte. Entonces, ¿no hubiera cabido esperar que Jehová pusiera fin al sufrimiento humano una vez solventada esa cuestión? ¿Hacía falta que los miles de personas que nacimos luego también probáramos algo que ya estaba tan claro?

Pero mis dudas en esta parte de la cuestión de la lealtad humana van más allá, y es que no sé hasta que punto los fieles lo son incondicionalmente. Por ejemplo: ¿Abrahán hubiera estado dispuesto a sacrificar a Isaac si no hubiera creído que podía recuperarlo en un futuro? Pablo mismo dice que fue tal esperanza la que le hizo tener su disposición, en Hebreos 11:17-19 "17 Por fe Abrahán, cuando fue probado, ofreció, por decirlo así, a Isaac, y el que gustosamente había recibido las promesas trató de ofrecer a [su hijo] unigénito, 18 aunque se le había dicho: "Lo que será llamado 'descendencia tuya' será mediante Isaac". 19 Pero estimó que Dios podía levantarlo hasta de entre los muertos; y de allí lo recibió también a manera de ilustración."

Y ya cuando leí las palabras de Pablo en 1 Corintios 15:32 dudé más aun "32 Si yo, lo mismo que los hombres, he peleado con bestias salvajes en Éfeso, ¿de qué me sirve? Si los muertos no han de ser levantados, "comamos y bebamos, porque mañana hemos de morir". No sé si pablo se pilló los dedos al escribir esto, pero cualquiera podría entender que la adoración que se le da a Dios y los sufrimientos que aguantamos en esta vida no son tanto por nuestro amor a El como por el miedo a morir si no lo hacemos, o, visto de otra manera, porque sabemos que aunque muramos, volveremos a la vida. Entonces, ¿qué manda mas, nuestro amor al creador o el temor a dejar de existir? Me dirás que ante todo debe estar el amor a Dios, pero, por ejemplo, el tema de las transfusiones, ¿dejarías morir a tu hijo desangrado si NO prometiera Jehová su resurrección? O... ¿sacrificarías TU VIDA en una situación de vida o muerte que estuviera poniendo a prueba tu fidelidad, si NO creyeras en la resurrección? ¿Serviría de algo morir por Dios si supiéramos que ahí iba a acabar todo para siempre? Piensa en ello.

Creo que es bueno plantearse estas cosas imparcialmente, aunque cuando yo lo hice me costó bastante, porque aunque en libros como el "creación" la organización insiste en que se lea con mente imparcial, también es cierto que a veces rechaza de plano cualquier literatura que sea externa a sus imprentas, tachando fácilmente de "apóstata" cualquier reflexión de algún extestigo, y yo estaba muy mentalizado con esa forma de pensar que se nos enseña. Quizá a mí por estos pensamientos se me tildaría ya como tal, y eso también me hace dudar de la legitimidad de los testigos de Jehová como pueblo de Dios, ya que a veces quiere proteger tanto al rebaño que llega a parecer desde fuera realmente una secta para quien no conoce los procedimientos y las razones subyacentes de la Watchtower. O sea, me parece muy prepotente ir hablando de abrir la mente y de pensar imparcialmente, y después practicar un hermetismo de dentro para fuera, con la excusa de "proteger". Parece que ninguno de nosotros tuviera la capacidad intelectual para investigar y diferenciar verdades de mentiras. Parece que pensaran que somos TONTOS y al leer información por internet o ver a un apóstata por televisión fuéramos a ser automáticamente convencidos de algo. Si la verdad es LA VERDAD, entonces cualquiera de nosotros podríamos defenderla y no debería existir miedo a ser extraviados. ¿Porqué entonces no se da más énfasis al propio convencimiento de que estamos en la verdad y menos a intentar mantenernos al margen de las otras opiniones que se nos presentan? Son, de hecho, esa serie de prohibiciones las que acaban llevando a algunos por su curiosidad alimentada por estas, a acabar leyendo tales documentos y, al parecer convincentes, creer que realmente lo que trataba La Sociedad era no ser descubierta. Y tu bien sabes que aunque a veces no se prohíba directamente alguna acción, eres mal visto por la congregación si lo haces, como por ejemplo predicar sin corbata, la barba, la perilla, besarse en público, ver un programa donde sale un apóstata, pasear con un "mundano", etc.

Por último: ¿porqué desterrar a Satanás a la tierra? ¿No teníamos bastante con nuestra imperfección, como para encima mandarnos al menda este, y no dejarle salir de aquí? No me vale eso de que era para cumplir profecía; estamos en las mismas, porque entonces la pregunta sería la misma: ¿por qué profetizó Jehová la expulsión de Satanás a la tierra y no a Marte o a donde fuera? Tampoco entiendo que tipo de castigo es ese para el y los demonios, como si les importara demasiado darse una vuelta por Andrómeda de vez en cuando... claramente el interés principal del Diablo y sus demonios es la Tierra, con lo que encerrándolos aquí poco daño les hace, y mucho a nosotros. Se supone que Dios no nos pone a prueba. Pues no entiendo entonces el porqué de tal acción.

Bueno José Antonio, si has llegado hasta aquí te doy las gracias. Te estaría muy agradecido si me ayudaras con mis dudas, pero no voy a esperar que hagas nada en contra de tu conciencia. Pero al menos te pediría consejo, como anciano que eres, sobre como afrontar tales dudas y la manera correcta de solventarlas. Mi deseo sincero es encontrar una respuesta compatible a lo que he aprendido estos años y volver a lo que creo que debe ser el pueblo verdadero de Dios. Trata de entender mi confusión y dudas, y ayúdame por favor si puedes.

Afectuosamente, de Carlos.