NUESTRO MINISTERIO DEL REINO

Noviembre de 1.999



¡Cuidado con los peligros de Internet!

Era previsible. Rumores de un lugar y otro, y la propia idiosincrasia de esta organización, preveían la posibilidad de que la Sociedad Watch Tower, publicara información al respecto, «demonizando» Internet, y ordenando el cierre inmediato de foros, páginas Web, ¡y hasta prohibiendo participaciones en chat y visitas a páginas que no fueran las patrocinadas y dirigidas por la www.watchtower.org!

Y he aquí el fruto de sus elucubraciones en la forma de Suplemento de Nuestro Ministerio del Reino que se estudiará y considerará en el mes de Noviembre en todas las congregaciones de los testigos de Jehová, con el sugerente tema ¡Cuidado con los peligros de Internet!

Un lector de nuestras páginas, de inmediato ha comentado que «la Sociedad se ha metido en un buen lío y cualquier salida es un problema para ellos».

Él nos explica las razones que le llevan a hacer estos comentarios, diciendo:

Internet no es un videojuego, un vicio, ni una moda pasajera, de la misma manera que no lo son la TV ni la prensa o la radio. Los usos que nos esperan de la Red son inmensos. Casi toda cosa electrónica que puedas ver a tu alrededor acabara enchufada a Internet, desde el frigorífico hasta el teléfono móvil pasando por la cámara de vídeo y la calefacción.

Todo esto es porque la Red es el medio de transporte de una de las materias primas más importantes y cotidianas del futuro: los bits. De la misma manera que ahora es importante transportar electricidad asta todos los rincones del planeta, cada vez será más importante transportar bits.

Los bits no son otra cosa que ceros y unos, pero sirven para muchas cosas: bits que forman imágenes, sonido, texto u ordenes a aparatos.

Por ejemplo, dentro de poco una actividad cotidiana, como comprar comida, puede ser así: Los supermercados envían hasta nuestro PC bits en forma de listas de precios. Nuestro frigorífico envía bits al PC en forma de inventario de lo que hay dentro. El PC lo compara con nuestras preferencias, por ejemplo, "tener siempre entre 6 y 12 latas de Coca-Cola". Según lo que falta, el PC envía bits en forma de pedido al establecimiento que tiene el mejor precio.

Los frigoríficos que envían el inventario ya están hechos (Electrolux, por ejemplo). Las etiquetas que delatan su presencia también. Dicen que en pocos años los códigos de barras serán sustituidos por estas etiquetas.

De la misma manera que el frigorífico las lee, también lo hará el carro del supermercado. Recibirá bits de nuestro PC con la lista de lo que nos falta y nos avisara cuando pasemos por delante de la estantería del supermercado donde se encuentra lo que hemos de comprar. También leerá la lista de la vecina, que está enferma y no puede salir de casa. Antes de salir nos ha pasado la clave de su lista de compras. Al salir por la puerta del supermercado, este enviará bits en forma de factura hasta nuestro banco y el de la vecina. Al colocar los alimentos en el maletero, el vehículo enviará bits al congelador de casa, en forma de orden de ponerse en marcha a la máxima potencia. También a la calefacción o el aire acondicionado, que estará a punto para cuando lleguemos media hora después.

¿Habéis visitado el servidor de mapas de Yahoo? Es una cosa tan sencilla como decir "estoy aquí" y automáticamente nos presenta todos los servicios que hay alrededor nuestro. Si estamos buscando un libro, nos dice en que librería cercana está y que vale. Lo hace mediante la Web pero esto mismo, en teléfonos móviles y en plena calle, será otra pequeña revolución. Nokia ya los tiene. Son como los actuales, pero de toda pantalla táctil, en color, de alta resolución e incorporan cámara de videoconferencia.

Todo esto es un ejemplo de la Internet futura.

En su fase inicial, Internet se ha hecho popular con una cosa que tan solo es una de sus muchas posibilidades: la Web o la posibilidad de publicar texto e imágenes.

Ha sido una revolución porque lo que hasta ahora era exclusivo de quien tuviera suficiente dinero para publicar, ahora está al alcance de cualquiera de nosotros. Solo hay que imaginar lo que costaría este foro mantenido a base de cartas de papel; átomos en lugar de bits.

Existen otras características importantes para la distribución de información por este medio: No hace falta ir a una librería y comprar. Además, nadie se da cuenta de lo que uno consulta de forma personal y en privado, frente al PC. Desaparece el desplazamiento, el transporte y la circunstancia de que otras personas sepan que es por lo que nos interesamos; aunque solo sea el dependiente de un kiosco.

Sin hacer futurismo, las ventajas básicas de la utilidad actual de Internet, la publicación, son 3:

  1. -Es barato.
  2. -Elimina desplazamientos y transportes. Es inmediato.
  3. -Es personal y privado.

En el caso de los testigos, en el empeño de hacer llegar su mensaje hasta el ultimo rincón de forma gratuita, lo mas normal es que le sacaran partido a este medio. Siempre han explicado lo muy informatizadas que están las casas Betel. De lo mucho que usan la tecnología poniéndola al servicio de Jehová. Ahora deberían estar entusiasmados, porque eliminan impedimentos:

  • Pueden publicar gratis. ¿No dicen que solo cobran "el papel y la tinta?" En Internet este coste desaparece.
  • Evitan el transporte y el desplazamiento (no es necesario un testigo llamando a la puerta con las publicaciones en mano).
  • Consiguen mayor privacidad para quien desee informarse (no es necesario que todo el vecindario, que es mayoritariamente de una religión antagonista, sepa quien recibe a los testigos regularmente).

¿Porqué no lo usan? ¿Porque lo critican? Por la primera característica de la publicación: es barato. Debido a esto, el resultado es que todo el mundo puede publicar. Y si tienes cosas a esconder, esta facilidad para publicar hace saltar todos los recelos del mundo ante el medio.

Pero esto no hay quien lo pare.

Ahora solo acceden las personas que tienen PC y porque se "metieron en esto de Internet". Pronto la Red estará omnipresente en muchos aparatos y la información llegará de muchas formas. Hasta todos y cada uno de los hogares del planeta --la parte desarrollada, claro: Lo estará por los futuribles que antes citaba.

Además, todo accesible de forma personal y privada. Sin dar cuentas a nadie. Y barato e inmediato.

La magnitud de la cosa no es broma. Estamos ante algo colosal que no solo preocupa a la Watch Tower, sino a todos los gobiernos del mundo. Preocupa a cualquier persona u organización que tenga algo que esconder.

En el caso de la Watch Tower, ellos no tienen esta capacidad de autocensura mas que dentro de sus filas. El resto del mundo puede publicar lo que quiera sin ver peligrar el plato en la mesa. En este caso, están en una clara desventaja y pueden hacer muy poco para evitarlo.

Cuando Internet este en muchos mas medios y sea una cosa cotidiana en multitud de aparatos, menos todavía. Ahora pueden tener identificados a los cuatro que tienen PC y conexión a la Red. Pero dentro de pocos años, todos los testigos serán consumidores de información discrepante en potencia.

Cuando no tengan nada que esconder, Internet no será un peligro para ellos. En lugar de intentar hacer callar al mensajero, la Watch Tower debería trabajar en este sentido. Porque la batalla de Internet y la censura de los medios y personas individuales que publican en la Red la tienen perdida de antemano. Muy perdida.

Otra alternativa esta en tener cosas que esconder, como cualquier partido político o religión mayoritaria, y usar sus mismos métodos de control. Pero esto seria "formar parte del mundo". Quizás algunas decisiones recientes, como permitir votar a los testigos, van en esta dirección.

Sea lo que sea, algo cambiara. Seguro.

Estos comentarios están motivados por lo publicado en el Suplemento de Nuestro Ministerio del Reino, noviembre 1999, y que reproducimos más abajo, en el que condenan uso de Internet.

Reproducimos dicho 'ministerio' y después lo analizamos:

 

¡Cuidado con los peligros de Internet!

1Quienes componen el pueblo de Jehová disfrutan de sano compañerismo unos con otros. Les agrada contarse experiencias del servicio del campo y enterarse de sucesos relacionados con los testigos de Jehová y la obra del Reino que hayan ocurrido en cualquier lugar del globo. Desean estar informados de los acontecimientos destacados que pudieran afectar a sus hermanos, como crisis o desastres naturales, y saber si pueden ayudar de algún modo. Ese interés manifiesta la unión de nuestra hermandad y la autenticidad de nuestro amor mutuo (Juan 13:34, 35).

2Hoy día nos enteramos con rapidez de los sucesos mundiales. Las emisoras de radio y televisión informan de ellos, en directo y con todo detalle, a espectadores de todo el planeta. El teléfono también posibilita la comunicación internacional instantánea. Un fenómeno reciente en el campo de las comunicaciones que está causando furor en el mundo entero es Internet (véase ¡Despertad! del 22 de Julio de 1997).

3La invención del teléfono abrió el camino a la comunicación instantánea entre personas de cualquier lugar. A pesar de su indiscutible utilidad, es preciso emplearlo con cautela, ya que puede ser vehículo de compañías y actividades impropias, y su uso excesivo podría resultar caro. Aunque las posibilidades de la televisión y la radio en el campo educativo son enormes, gran parte de la programación, por desgracia, es depravada o representa una pérdida de tiempo. La sabiduría dicta que evaluemos con mucho cuidado el uso de tales aparatos.

4lnternet permite comunicarse a bajo costo con millones de personas de todo el mundo, así como acceder a una ingente cantidad de información (¡Despertad!, 8 de enero de 1998). Sin embargo, su uso indiscriminado entraña graves peligros de índole espiritual y moral. ¿De qué maneras?

5A muchos ciudadanos les preocupa la facilidad con que pueden obtenerse instrucciones para fabricar bombas y otras armas. Los industriales se lamentan que los trabajadores pasan demasiado tiempo utilizando Internet. En nuestras publicaciones se ha hablado bastante de los evidentes peligros espirituales que encierra. Buen número de sitios de la Red, presentan contenidos violentos o pornográficos que son totalmente inaceptables para el cristiano, (Sal. 119:37). Además, existe otro peligro aún más insidioso contra el que los testigos de Jehová en particular han de estar en guardia. ¿A qué nos referimos?

6¿Invitarías a un desconocido a tu hogar sin antes saber quién es? ¿Y si no hubiera forma de averiguarlo? ¿Le permitirías quedarse a solas con tus hijos? En Internet, la posibilidad de que esto suceda es innegable.

7Tanto los remitentes como los destinatarios del correo electrónico pueden no conocerse. Otro tanto sucede en las conversaciones electrónicas de los canales de tertulia. A veces, los participantes dicen ser testigos de Jehová, pero a menudo no es así. Alguien puede afirmar que es joven y no serlo, o incluso mentir en cuanto a si es hombre o mujer.

8Uno podría recibir experiencias o comentarios sobre nuestras creencias y entonces remitir la información a otras personas que, a su vez, la transmitirían a otros usuarios. Por lo general, los datos no pueden comprobarse; quizás sean falsos. Los comentarios podrían ser una tapadera para difundir ideas apóstatas (2 Tes. 2:1-3).

9En vista de este peligro, el usuario de Internet hará bien en preguntarse: «¿Para qué utilizo la Red? ¿Existe la posibilidad de que mi espiritualidad resulte afectada por la forma en que la empleo? ¿Podría estar contribuyendo al perjuicio espiritual de otras personas?».

Sitios en la Red auspiciados por «testigos de Jehová».

10Tomemos por caso algunos sitios de Internet creados por personas que dicen ser testigos de Jehová e invitan a visitar sus páginas para leer experiencias enviadas por otros supuestos Testigos. Animan a uno a exponer sus ideas y opiniones respecto a las publicaciones de la Sociedad. Algunos recomiendan presentaciones que podrían utilizarse en el ministerio del campo. Estos sitios ofrecen canales de tertulia que permiten comunicarse en tiempo real con otros usuarios, como si se hablara por teléfono. Con frecuencia se indican otros sitios para comunicarse en línea con testigos de Jehová de todo el mundo. Sin embargo, ¿qué certeza hay de que esos contactos no los hayan preparado apóstatas?

11Entablar amistades vía Internet podría estar reñido con la recomendación de Efesios 5:15-17. El apóstol Pablo escribió: «Vigilen cuidadosamente que su manera de andar no sea como imprudentes, sino como sabios, comprándose todo el tiempo oportuno que queda, porque los días son inicuos. Por esta razón dejen de estar haciéndose irrazonables, sino sigan percibiendo cuál es la voluntad de Jehová».

12La congregación cristiana es el medio teocrático por el que «el esclavo fiel y discreto» nos alimenta espiritualmente (Mat. 24:45-47). En la organización de Dios recibimos la dirección y protección necesarias para seguir separados del mundo, así como el estímulo para mantenernos ocupados en la obra del Señor (1 Cor. 15:58). El salmista habló del gozo y la seguridad que sentía al congregarse con el pueblo de Dios (Sal. 27:4, 5; 55:14; 122:1). De igual manera, la congregación es una fuente de apoyo y ayuda espiritual para quienes la componen. En ella podemos hallar amigos amorosos, altruistas y comprensivos que conocemos personalmente, y están deseosos de ayudarnos y consolarnos en los momentos difíciles (2 Cor. 7:5-7). La medida bíblica de expulsar a los pecadores impenitentes o a los que promueven ideas apóstatas protege a los miembros de la congregación (1 Cor. 5:9-13; Tito 3:10, 11). ¿Podremos acaso beneficiamos de tales disposiciones amorosas en las relaciones vía Internet?

13Es patente que ocurre todo lo contrario. Aun cuando pudieran negarlo, algunos sitios de la Red son claros vehículos de propaganda apóstata. Quienes los mantienen quizá traten de demostrar con todo detalle que realmente son testigos de Jehová y hasta soliciten datos para cerciorarse de que tu eres Testigo.

14Jehová desea que demostremos discernimiento. ¿Por qué? Porque sabe que esa cualidad nos protegerá de diversos peligros. Proverbios 2:10-19 empieza diciendo: «Cuando la sabiduría entre en tu corazón y el conocimiento mismo se haga agradable a tu mismísima alma, la capacidad de pensar misma te vigilará, el discernimiento mismo te salvaguardará». ¿De qué nos salvaguardará? Entre otras cosas, «del mal camino», de los que abandonan las sendas rectas y de quienes adoptan un proceder inmoral y taimado.

15En el Salón del Reino, tenemos la plena seguridad de que estamos entre hermanos. Los conocemos. Nadie pide a los demás ninguna prueba de que lo son, pues resulta evidente por el amor fraternal que manifiestan. No se nos exige acreditar que de verdad somos testigos de Jehová. Es en ese lugar donde se produce el verdadero intercambio de estímulo del que habló el apóstol Pablo en Hebreos 10:24, 25. No podemos esperar que los sitios de Internet que alientan la comunicación en línea cumplan ese propósito. Si tenemos presentes las palabras del Salmo 26:4, 5, estaremos en guardia contra los peligros que fácilmente podrían surgir al visitar las páginas de la Red.

16E1 tipo de información que mantienen y reciben los internautas no conoce limites ni restricciones. Con frecuencia, en ese medio, niños y adolescentes son presa fácil de delincuentes y explotadores. Confiados y curiosos por naturaleza, los menores se muestran ansiosos por explorar el relativamente nuevo universo del ciberespacio. Es preciso, por tanto, que los padres supervisen a sus hijos y les den pautas bíblicas sanas respecto al uso de Internet, tal como los guiarían en su selección de música o películas (1 Cor. 15:33).

17Lamentablemente, algunos que fueron hermanos nuestros han tenido que ser expulsados porque terminaron cometiendo actos inmorales a consecuencia de su relación con personas mundanas en canales de tertulia de Internet. Se han recibido cartas de ancianos que, con turbación, explican que algunos han llegado a abandonar a su cónyuge para continuar una relación iniciada en Internet (2 Tim. 3:6). Otros han repudiado la verdad por haber dado crédito a información proporcionada por apóstatas (1 Tim. 4:1, 2). En vista de estos graves peligros, ¿no es razonable ser cautelosos respecto a las sesiones de charla en Internet? Sin duda, la sabiduría, el conocimiento, la habilidad para pensar y el discernimiento citados en Proverbios 2:10-19 nos salvaguardarán en este asunto.

18Cabe notar que se han creado sitios en la Red con el aparente propósito de predicar las buenas nuevas. En muchos casos los mantienen hermanos poco juiciosos, y en otros, apóstatas deseosos de atraer a los incautos (2 Juan 9-11). Al referirse a si es preciso que nuestros hermanos creen tales sitios, la página 3 de Nuestro Ministerio del Reino de noviembre de 1997 dijo: «No hace falta que ninguna persona cree páginas en Internet para divulgar las actividades o creencias de los testigos de Jehová, pues el sitio web oficial [www.watchtower.org] proporciona información exacta para quien desee acceder a ella».

¿Ayudas para el estudio vía Internet?

19Hay quienes han colocado en Internet información que han investigado relativa a diversas actividades teocráticas, pensando que así prestan un servicio a los hermanos. Por ejemplo, alguien podría hacer una investigación basada en el bosquejo de un discurso público y luego ponerla en Internet creyendo que será útil para quienes tengan que preparar el mismo discurso. Puede que otros faciliten todos los textos bíblicos de un artículo de La Atalaya que vaya a estudiarse próximamente ola información en que se basa la Escuela del Ministerio Teocrático o el Estudio de Libro de Congregación, o que recomienden presentaciones para el servicio del campo. ¿Realmente son útiles tales iniciativas?

20Las publicaciones que nos facilita la organización de Jehová avivan nuestras facultades mentales con pensamientos edificantes y nos capacitan «para distinguir tanto lo correcto como lo incorrecto» (Heb. 5:14). ¿Se logrará ese objetivo si otros realizan la investigación que uno mismo tendría que hacer?

21 De los bereanos se dijo que «eran de disposición más noble que los de Tesalónica». ¿Por qué? «Porque recibieron la palabra con suma prontitud de ánimo, y examinaban con cuidado las Escrituras diariamente en cuanto a si estas cosas eran así.» (Hech. 17:11.) Aunque Pablo y Silas les predicaron, ellos tuvieron que interesarse personalmente para hacer suya la verdad.

22En realidad, utilizar el fruto de la investigación ajena en un discurso o en la preparación de alguna otra reunión, va en contra del objetivo del estudio personal. ¿Acaso no deseamos fortalecer nuestra fe en la Palabra de Dios? Con esa convicción propia, nuestros discursos, comentarios en las reuniones y lo que digamos en el servicio del campo serán expresiones públicas de nuestra fe (Rom. 10:10). Valerse de la investigación ajena no encaja con lo que dice Proverbios 2:4, 5 respecto a que cada uno 'siga buscando el mismísimo conocimiento de Dios como a tesoros escondidos'.

23Por ejemplo, si buscamos los pasajes en nuestra propia Biblia, podremos dar un rápido vistazo al contexto e 'investigar todas las cosas con exactitud', como hizo Lucas cuando escribió su evangelio (Luc. 1:3). Además, ese esfuerzo adicional nos hará más hábiles para buscar textos bíblicos en el ministerio y en los discursos. Muchos observadores han señalado con admiración la destreza con que los testigos de Jehová emplean las Escrituras. Esas palabras solo serán aplicables a nosotros si tenemos la costumbre de buscar los textos personalmente en nuestra propia Biblia.

Utilicemos sabiamente el tiempo.

24Otra cuestión respecto a la información que se pone en Internet es la del tiempo que consume crearla, leerla y contestarla. Salmo 90:12 nos insta a rogar a Dios: «Muéstranos precisamente cómo contar nuestros días de tal manera que hagamos entrar un corazón de sabiduría». Pablo declaró: «El tiempo que queda está reducido» (1 Cor. 7:29). Y también: «Realmente, pues, mientras tengamos tiempo favorable para ello, obremos lo que es bueno para con todos, pero especialmente para con los que están relacionados con nosotros en la fe» (Gal. 6:10).

25Estos consejos subrayan la necesidad de administrar el tiempo de manera juiciosa. ¡Cuánto más provechoso es dedicarlo a leer la Palabra de Dios! (Sal. 1:1, 2.) Esta es la mejor compañía posible (2 Tim. 3:16, 17). Padres, ¿enseñáis a vuestros hijos el valor de utilizar el tiempo con sabiduría en actividades relacionadas con el Reino? (Ecl. 12:1.) Las horas invertidas en el estudio de la Biblia en familia, las reuniones y el ministerio del campo son mucho más rentables que las dedicadas a navegar en Internet con la intención de beneficiarse de ello.

26A este respecto, lo prudente es centrarnos en los asuntos espirituales y en lo que es relevante y esencial para nuestra vida cristiana. Ello exige seleccionar con cuidado la información en la que invertimos nuestro tiempo y atención. Jesucristo resumió lo que es importante en la vida del cristiano: «Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de Dios, y todas estas otras cosas les serán añadidas» (Mat. 6:33). ¿No somos más felices cuando nuestra vida está repleta de actividades relacionadas con el Reino, en vez de con otras ocupaciones?

Correo electrónico.

27Aunque es bueno hablar de experiencias o pensamientos con familiares o amigos que viven lejos, ¿sería amoroso enviar esa información a quienes tal vez ni siquiera conozcamos? ¿Debería aparecer en una página de Internet, al acceso de todos? ¿Acaso no podrían copiarse y transmitirse esos mensajes a totales desconocidos? De igual modo, si recibiéramos mensajes que no estuvieran claramente dirigidos a nosotros, ¿sería amoroso hacerlos llegar a otras personas?

28¿Y si la experiencia que difundimos no fuera veraz? ¿No estaríamos contribuyendo a esparcir una mentira? (Pro. 12:19; 21:28; 30:8; Col. 3:9.) Ciertamente, «[vigilar] cuidadosamente que [nuestra] manera de andar no sea como imprudentes, sino como sabios», hará que pensemos en ello (Efe. 5:15). ¡Cuánto nos alegra que el Anuario y las revistas La Atalaya y ¡Despertad! rebosen de alentadoras experiencias fidedignas que nos impulsan a seguir andando en «el camino»! (Isa. 30:20, 21.)

29Aún existe otro peligro. El apóstol Pablo dijo respecto a ciertas personas: «También aprenden a estar desocupadas, andorreando por las casas; sí, no solo a estar desocupadas, sino también a ser chismosas y entremetidas en asuntos ajenos, hablando de cosas que no debieran» (1 Tim. 5:13). Estas palabras nos disuaden de dedicar tiempo y energías a transmitir información de carácter frívolo a nuestros hermanos.

30Además, piensa en el tiempo que toma mantenerse al día con una gran cantidad de mensajes electrónicos. En el libro Data Smog (La niebla tóxica de datos) se hace esta interesante afirmación: «Al ir aumentando el tiempo que pasamos en línea, el correo electrónico no tarda en dejar de ser una estimulante novedad para convertirse en una carga que consume tiempo, pues tenemos que leer y contestar a diario multitud de mensajes de colegas, amigos, familiares, [...] y propaganda no solicitada». Asimismo señala: «Muchos individuos ávidos de datos electrónicos han adquirido la pésima costumbre de enviar toda la información que reciben chistes, leyendas urbanas [historias dudosas] y cadenas de cartas electrónicas, entre otras cosas a cuantos figuran en su agenda electrónica».

31La veracidad de esas palabras se ha hecho patente en los mensajes electrónicos que han circulado entre muchos hermanos: chistes o historias graciosas respecto al ministerio; poesías supuestamente basadas en nuestras creencias; ilustraciones oídas en diversos discursos en asambleas grandes y pequeñas o en Salones del Reino, y experiencias del ministerio del campo, entre otros contenidos bastante inocentes en apariencia. En su mayoría, esos hermanos hacen circular tales mensajes electrónicos sin verificar su origen, de modo que resulta difícil determinar su verdadera procedencia y nos lleva a preguntarnos si la información será veraz o no (Pro. 22:20, 21).

32Esos mensajes, con frecuencia de carácter frívolo, no son el tipo de palabras saludables que Pablo tenía presente cuando escribió a Timoteo: «Sigue reteniendo el modelo de palabras saludables que oíste de mi con la fe y el amor que hay en relación con Cristo Jesús» (2 Tim. 1:13). El «lenguaje puro» de la verdad de la Biblia contiene «el modelo de palabras saludables», basado principalmente en el tema central de esta, la vindicación de la soberanía de Jehová mediante el Reino (Sof. 3:9). Debemos hacer cuanto podamos para contribuir todo nuestro tiempo y energías a esa vindicación.

33Estamos muy adentrados en el tiempo del fin de este sistema de cosas, así que no es momento de bajar la guardia. La Biblia nos advierte: «Mantengan su juicio, sean vigilantes. Su adversario, el Diablo, anda en derredor como león rugiente, procurando devorar a alguien» (1 Ped. 5:8). Además declara: «Pónganse la armadura completa que proviene de Dios para que puedan estar firmes contra las maquinaciones del Diablo» (Efe. 6:11).

34Mal utilizado, Internet puede ser un medio por el que Satanás atrape a quienes se dejen cautivar por su poder. Aunque sea útil en algunos campos, encierra peligros si no se ejerce cautela. En particular los padres deben interesarse en el empleo que sus hijos hacen de Internet.

35Un punto de vista equilibrado sobre Internet nos servirá de protección. Agradecemos el oportuno recordatorio de Pablo: «Los que hacen uso del mundo, [sean] como los que no lo usan a plenitud; porque la escena de este mundo está cambiando» (1 Cor. 7:29-31). Recordar estas ideas impedirá que nosotros o nuestra familia nos distraigamos con todo lo que el mundo puede ofrecer, incluido lo que está accesible en Internet.

36Es fundamental que permanezcamos unidos a los hermanos de la congregación y administremos el tiempo que queda sabiamente, lo que nos permitirá promover los intereses del Reino. A medida que se acerca el fin de este sistema, «no [sigamos] andando tal como las naciones también andan en la inutilidad de su mente [...], sino [sigamos] percibiendo cuál es la voluntad de Jehová» (Efe. 4:17; 5:17).

Muchos miembros y otros ex componentes del colectivo han reaccionado de manera parecida al leer éste artículo, que durante el mes de Noviembre de 1999, estudiaron dentro de cada congregación de los testigos de Jehová. En Septiembre de 2002 vuelven a estudiar otro artículos de características parecidas y que ordena el cierre de páginas que hablen de los Testigos de Jehová. «¡Aberrante! ¡Trata a los Testigos como auténticos ignorantes!», dijo uno, después de leer el artículo. «La información que presenta el famoso "Ministerio" acerca de la Internet es una pieza maestra de la paranoia, del más burdo deseo de dominar y ponerse en el lugar de la conciencia de otro», dijo otro perplejo, y finalizó exclamando: «¡¡¡GRACIAS, DIOS NUESTRO, POR HABERNOS SACADO DE AHI!!!

La dirección de los testigos de Jehová sigue estando muy nerviosa. Usando un viejo símil, para ellos Internet está resultando ser como la cruz para el Diablo. Todo lo que tenga relación con medios de información: libros, periódicos, T.V. y ahora Internet, tiene que ser colocado en cuarentena para el Testigo de a pié.

Y es que hace apenas cinco años, se comenzaron a establecer foros públicos o privados, y muchos Testigos y Ex Testigos comenzaron a abrir páginas Web, en las que dejaban constancia de su existencia, de su testimonio a favor o en contra, y de su sentir. En poco tiempo, muchos testigos de Jehová comenzaron a expresar sus discrepancias y a dejar de colaborar con la organización, pero esta vez, no para «aflojar» su mano y perder su fe, como había ocurrido hasta ese momento, sino para seguir viviendo dicha fe en libertad, y apreciando a «toda la asociación de hermanos» que se encuentran en todo el mundo, y que profesan el cristianismo, unos, asociados con alguna confesión religiosa, otros, sin vincularse a ningún grupo en particular.

La afinidad religiosa, ha llevado a que en España, estas personas que durante un tiempo fueron testigos de Jehová, hayan organizado hasta la fecha cuatro reuniones a nivel Nacional, (la quinta se celebrará el 6 de Noviembre de 1999, en el Hotel Torrejón, de Madrid), y a estudiar el establecimiento de una plataforma común, en la que se pueda ofrecer un servicio de ayuda, a toda aquella persona que sale de una secta, pero en especial, a personas que pertenecen o han pertenecido a los Testigos de Jehová.

Mas de cien personas hasta la fecha, colaboran de alguna forma en esta labor por toda España. Muchas más que pertenecen al colectivo y ocupan puestos de responsabilidad, están en contacto por medio de Internet, no solo de España sino de muchos países latinoamericanos.

Esto tiene tan nerviosos a la dirección de los testigos de Jehová, que lo han hecho tema de disertación en sus Asambleas. El Diario Vasco, del 11 de Octubre de 1999, llegó a destacar: «Cientos de testigos de Jehová de toda Gipuzkoa se reunieron ayer en Irún para celebrar el Día Especial de la Asamblea, que se celebra en toda España y que lleva por lema "Escudriñemos las cosas profundas de Dios", jornada en la que se ha hablado de Internet y de las relaciones entre padres e hijos».

Y este «Ministerio» es un claro indicio de ese nerviosismo. No se dan cuenta, y si se dan, la obvian, que con su postura, le quieren colocar «puertas al campo». Su paternalismo mal encaminado, solo puede llevar a las personas al atraso y a la rebelión.

Están intentando poner restricciones a una cosa que no hay quien la pare y que es de lo más normal del mundo. En Internet es como la vida y se hace lo mismo que en la vida: charlar, pasear, viajar, visitar, conocer, enfadarse, enamorarse, desengañarse, prestar, entrar en un museo o en un centro comercial... No puedes condenar esto sin entrar en un espiral de contradicciones ridículas.

Pero como hemos dicho antes, puede llevar a reacciones contrarias a lo que ellos pretenden. Hace cinco años, en la página 3 de Nuestro Ministerio del Reino de noviembre de 1997 dijeron: «No hace falta que ninguna persona cree páginas en Internet para divulgar las actividades o creencias de los testigos de Jehová, pues el sitio web oficial [www.watchtower.org] proporciona información exacta para quien desee acceder a ella». Para beneficio de todos, muchos no hicieron caso. Hoy, existen centenares de páginas Web creadas por testigos de Jehová activos, y otras muchas, por ex miembros. Se han creado foros utilizados exclusivamente por Testigos, y esto ha provocado un intercambio libre de ideas, y una «filtración» grande de personas que se replantean su asociacionismo con la organización y que salen de la misma, en cuanto observan desde una óptica diferente, en el lugar dónde se encuentran. Estos, tuvieron un primer contacto con las contradicciones históricas y doctrinales que sostienen a los Testigos de Jehová, por medio de Internet. De nada sirvieron sus advertencias en 1997.

Pero es que, además, en Nuestro Ministerio del Reino de noviembre de 1999, razonan de pena.

Cuando mencionan los peligros de hablar con desconocidos, utilizan un argumento que se les puede volver en contra. Ellos dicen: «¿Invitarías a un desconocido a tu hogar sin antes saber quién es? ¿Y si no hubiera forma de averiguarlo? ¿Le permitirías quedarse a solas con tus hijos? En Internet, la posibilidad de que esto suceda es innegable». ¿No se dan cuenta que esos «desconocidos» son los mismos que los que se pueden encontrar predicando de casa en casa? ¿Y con la predicación por teléfono? Pero, ¿qué hay si esa manera de razonar la utilizaran los amos de casa que acuden a la llamada que ellos efectúan a su puerta? Esta misma frase podría decirla cualquier persona no testigo de Jehová para defender la teoría de que no hay que recibirles ni escucharles cuando se presentan predicando.

Cuando ponen puertas a la ayuda al estudio entre Testigos, rozan el ridículo. Si aplican la norma, «En realidad, utilizar el fruto de la investigación ajena en un discurso o en la preparación de alguna otra reunión, va en contra del objetivo del estudio personal», todas las «publicaciones Watchtower» van contra el estudio personal. Si esto es verdad, todos los testigos de Jehová tienen la excusa perfecta para tirar todas las publicaciones de la WT y sólo quedarse con la Biblia. Su razonamiento es ingenuo: «Por ejemplo, si buscamos los pasajes en nuestra propia Biblia, podremos dar un rápido vistazo al contexto e 'investigar todas las cosas con exactitud', como hizo Lucas cuando escribió su evangelio (Luc. 1:3). Además, ese esfuerzo adicional nos hará más hábiles para buscar textos bíblicos en el ministerio y en los discursos. Muchos observadores han señalado con admiración la destreza con que los testigos de Jehová emplean las Escrituras. Esas palabras solo serán aplicables a nosotros si tenemos la costumbre de buscar los textos personalmente en nuestra propia Biblia».

Usan noticias demagógicas que han circulado sobre la Red, para que sus miembros digan "si, lo hemos oído, es verdad!". Son noticias que se tildaron de amarillistas y sensacionalistas. Pero ellos pasan y van a la suya reproduciendo el disparate: «A muchos ciudadanos les preocupa la facilidad con que pueden obtenerse instrucciones para fabricar bombas y otras armas». Apareció la contra-noticia de que las formulas de armas y bombas atómicas encontradas en Internet estaban copiadas de una conocida Enciclopedia (no recuerdo el nombre) que, probablemente está en la biblioteca de todas las casas Betel.

Párrafos confusos como: «Aunque es bueno hablar de experiencias o pensamientos con familiares o amigos que viven lejos, ¿sería amoroso enviar esa información a quienes tal vez ni siquiera conozcamos? ¿Debería aparecer en una página de Internet, al acceso de todos? ¿Acaso no podrían copiarse y transmitirse esos mensajes a totales desconocidos? De igual modo, si recibiéramos mensajes que no estuvieran claramente dirigidos a nosotros, ¿sería amoroso hacerlos llegar a otras personas?». ¿Lo entiende usted?

Para concluir con un, «estamos muy adentrados en el tiempo del fin de este sistema de cosas, así que no es momento de bajar la guardia». ¿Cómo cuánto estamos de «adentrados»? No saben, no contestan. Y es que dentro de apenas dos meses, los espectadores de Internet, podrán comprobar otro fracaso más en las «profecías» de estos «especuladores del futuro» pues hace 18 años tuvieron la osadía de afirmar: "Y si el sistema inicuo de este mundo sobreviviera hasta principios del próximo siglo, lo cual es poco probable en vista de las tendencias mundiales y el cumplimiento de la profecía bíblica, aún habría sobrevivientes de la generación de la I Guerra Mundial. No obstante, el hecho de que el número de ellos está mermando es una indicación más de que “la conclusión del sistema de cosas” se está procurando a su fin."

Este tipo de alocuciones, (la anterior aparece en La Atalaya del 1 de abril de 1981, pág. 30) en boca de tan nefastas personas, suenan a un vacío inmenso de quien asusta a los niños pequeños con el «bute» y el «hombre del saco» ¡No se lo creen ni ellos! Por eso la inauguración de nuevas sucursales, de edificios, o de Centros Educativos lujosísimos como el inagurado en Mayo de este año, que ni el propio Jesucristo se podía imaginar. ¿Todo para qué?

a) Para mantener una estructura de poder en torno a una idea religiosa muy alejada del cristianismo verdadero, más cercana a un negocio piramidal con corte empresarial, en el que nadie se hace rico pero todos se benefician.

b) Para mantener un conjunto de enseñanzas, fruto de la razón y el despotimo de unos pocos, que materializan sus esperanzan en cosas que se ven, que se tocan, y que se han ido transmitiendo por tradición.

c) Para justificar tantas Sucursales, tantas rotativas, tantos adelantos, tanta labor.

Si ha leído este artículo, no tema seguir adelante, leyendo, investigando y contrastando. Deje los «demonios» guardados en el armario. Infórmese e infórmese bien. Y después opte por un cristianismo en libertad.